La importancia de la empatía en el trabajo: una habilidad que se puede entrenar

DESARROLLO PERSONAL Y PROFESIONAL.

La empatía en el trabajo es estratégica. Del griego ‘en-pathos’, significa literalmente ‘sentir por dentro’, porque permite escuchar activamente al interlocutor con la doble ventaja de comprender plenamente su punto de vista y, por tanto, hacerlo sentir libre para expresarse. De esta manera, es posible recomponer posiciones inicialmente conflictivas o estrechar lazos dentro de un grupo de trabajo. La empatía es, por tanto, un requisito previo para la obtención de resultados.

Las habilidades cognitivas y relacionales de alto nivel son las más relevantes en la empresa, con un crecimiento de la demanda estimado en un 30% para 2030, según una investigación de McKinsey. Por tanto, no sorprende que la empatía sea una de las competencias, dentro de las llamadas soft skills, más buscadas por el mundo laboral.

Los responsables de RRHH filtran a los candidatos también en relación con esta característica, cuya presencia se investiga a través de la experiencia en el trabajo de equipo o, incluso, con pruebas que aprovechan la gamificación para destacar la capacidad de desempeñarse en grupo.

El significado más funcional y pragmático de empatía es el siguiente: tener conciencia de los sentimientos de otras personas aun cuando no estemos de acuerdo con ellas y/o no podamos ser compasivos. Empatía significa encontrar una forma de comunicación con el interlocutor que no sea necesariamente o solamente verbal.

Qué es la empatía.

Según Christian Conde, fundador y director de Conde Conferences, “la empatía no es solo ponerse en los zapatos de otra persona, sino que, sobre todo, significa entender, comprender analizar y observar los sentimientos de los demás, especialmente los compañeros de trabajo”.

Esta habilidad, de hecho, forma parte de la inteligencia emocional, un concepto popularizado por el psicólogo Daniel Goleman, y se compone de escucha activa y comunicación asertiva. Estas características, según Conde, permiten “convertirse en un líder capaz de personalizar la comunicación con las personas, además, ayudan en la negociación y hacen que un grupo se transforme en equipo”.

Al mismo tiempo, es una dote esencial en la atención a clientes, tanto externos como internos. En una empresa, la empatía ayuda a limitar situaciones negativas, ya que facilita la comunicación, factor clave para el éxito de las relaciones personales. Permite vivir los intercambios con más tacto, sin exigir, sino alcanzando los objetivos a través de una conexión que acelera y hace más efectivos todos los procesos.

Por otro lado, la empatía en el trabajo debe ser gestionada. De hecho, como en la vida personal, un exceso de ella provoca heridas, decepciones e insatisfacciones. No se trata de convertirse en mejores amigos de todo el mundo, sino de transformar cada relación en una fortaleza para uno mismo y para la organización a la que se pertenece.

La importancia de la empatía en el trabajo.

Entre los estudios recientes más completos e interesantes se encuentra el realizado por Catalyst, una organización sin fines de lucro, que sometió a 900 empleados de Estados Unidos a un cuestionario para valorar la importancia de la empatía en el ámbito laboral. En particular, el estudio evaluó la empatía cognitiva, que es la comprensión de pensamientos y emociones, la afectiva, o sea, compartir o mostrar similitud de estados emocionales, y la conductual, es decir, acciones que demuestran empatía.

Los empleados con líderes y gerentes senior altamente empáticos informaron sentirse mucho más creativos y comprometidos que aquellos con gerentes y líderes menos empáticos: 61% y 13% respectivamente. El 67% de los encuestados con líderes poco empáticos dijo que esta condición exacerba los efectos del estrés relacionado con el trabajo. Por otro lado, el 50% de las personas con líderes empáticos informó que su lugar de trabajo es inclusivo, en comparación con el 17% de las personas bajo un liderazgo menos empático.

Es necesario aprender a ponerse en el lugar de los demás, aunque sea con pequeños gestos cotidianos. En este sentido, el estudio de Catalyst destaca algunos interesantes ejemplos de empatía. Entre las respuestas a la pregunta "¿Cómo mostró su jefe empatía?”, hay:

- "Preguntándome cómo estamos mi familia y yo"
- "Prestando atención a lo que tengo que decir"
- "Dándome flexibilidad en los horarios".

Consejos para mejorar la empatía en el lugar de trabajo.

Más allá de los líderes, todos los miembros de un grupo de trabajo deben mejorar esta habilidad transversal esencial. No se trata de 'aceptarse como uno es', ya que siempre se puede, y se debe, intentar mejorar, precisamente porque la empatía es una competencia adquirible. Lo cual es posible, por ejemplo, siguiendo algunos consejos de comportamiento y mentalidad.

- Cultivar la curiosidad, hacer preguntas y adquirir nuevos conocimientos para salir de la zona de confort.
- Ir más allá de las bromas y hablar (también) de temas profundos y personales.
- Solicitar comentarios de aquellos que nos conocen bien: el autoanálisis del propio nivel de empatía puede ser complicado.
- Hacer autocrítica.
- Prestar atención y escuchar sin interrumpir.
- Reconocer méritos a quienes se los merecen.
- Pedir siempre la opinión de los demás.
- Usar el lenguaje corporal conscientemente.
- Respetar el punto de vista de los demás.
- No tener miedo de mostrar vulnerabilidad.
- Ser flexibles y abiertos al cambio.

En resumen, hoy la empatía en el trabajo puede marcar una diferencia real. A veces es un don innato y, si no lo es, vale la pena entrenarla para aumentar el nivel de empleabilidad.

Sitio Fuente: Universia México