Qué es la competencia social y civica

DESARROLLO PERSONAL Y PROFESIONAL.-

La competencia social y cívica es aquella que nos remite a las competencias interculturales, interpersonales y personales, de la misma forma que alude al comportamiento de un individuo que participa de forma eficaz en la vida social y profesional, siempre de manera constructiva.

Qué es la competencia social y civica. Fuente: istock

La competencia social y cívica.

Según el portal español Berrigasteiz de Formación e Innovación Educativa en Álava, la competencia social y cívica alude a entenderse y conocerse uno mismo, y también al grupo y al mundo en el que se vive y se es miembro.

Para adquirir buenas competencias cívicas y sociales, se han de adquirir e interpretar de manera crítica conocimientos en ciertas áreas, como las ciencias sociales. Además, se emplearán procedimientos y metodologías adecuadas a las mismas para que se pueda actuar de manera autónoma. Todo ello desde la responsabilidad como ciudadano que se desenvuelve en situaciones vitales habituales.

Estas competencias cívicas y sociales permiten colaborar en el desarrollo de sociedades más democráticas, diversas, inclusivas y solidarias.

Es decir, estamos hablando de una competencia que se corresponde con el bienestar colectivo y personal. Para ello, implica la comprensión de los códigos de conducta, así como de las costumbres de diversos entornos en los que el individuo se desarrolla.

O sea, el individuo se ha de asegurar la participación activa, cívica y democrática gracias a estas competencias y al conocimiento de las estructuras políticas y sociales de igualdad, ciudadanía, justicia, democracia y derechos civiles.

Componentes de la competencia cívica y social.

Según el citado portal, la competencia cívica y social se desglosa en diversos componentes:

1. Identificación propia como persona individual que viven en sociedad. Colabora y se organiza en grupos con diferentes características para fines variados y en escalas múltiples, como familiar, vecindad, municipal, etc.

2. Conocimiento de la sociedad en la que se vive y se desarrolla. Se refiere a la formación, funcionamiento y organización en el momento actual, pasado y futuro.

3. Asunción de funciones de ciudadanía consciente. El ciudadano debe ser consciente del medio en el que se mueve y se desenvuelve. Ha de valorar la pluralidad cultural y social de la sociedad contemporánea. Además, tendrá que hacer especial hincapié en la sociedad local y comunitaria de su entorno a través de la búsqueda de formas de relación consigo mismo y con el resto de actores para contribuir a la sostenibilidad y mejoría.

4. Uso de los Derechos Humanos. Es decir, los Derechos Humanos han de ser siempre el referente universal a la hora de elaborar juicios sobre situaciones y acciones propias, tanto de su vida social como personal. Tendrá que ejercer como ciudadano, asumiendo sus derechos, pero también sus deberes. Por ello, respetará la justicia social, será solidario y hará efectiva la democracia basada en valores.

5. Conocimiento de la configuración. A lo largo del tiempo, se debe conocer la configuración de los grupos sociales interactivos diversos que evolucionan y experimentan tensiones y conflictos en la convivencia. A través de la conciencia crítica del pasado se han de usar procedimientos democráticos y pacíficos para una futura solución.

6. Adquisición de destrezas, conocimientos y actitudes. Se enfocarán a la comprensión del mundo que rodea al individuo en relación a los aspectos culturales y sociales. Tanto experiencias colectivas presentes como pasadas se han de valorar en su justa medida, al igual que el espacio físico de desenvoltura de su vida en sociedad. De esta forma se ayuda a situar a cada persona en agente activo de la propia sociedad.

Adquisición de conocimientos, destrezas y actitudes.

Observamos que la competencia social y cívica pasa por la adquisición de actitudes, destrezas y conocimientos que dimensionen la competencia del individuo. De esta forma, las personas que forman parte de una sociedad se pueden procurar estados de salud mental y físicos óptimos; capacidades comunicativas constructivas en diversos entornos que potencien la tolerancia, la empatía y la confianza; y la comprensión de las diferencias en los sistemas de valores de las diversas religiones y grupos étnicos que forman la sociedad, de forma que todos se sientan parte de un todo en colaboración para avanzar en una misma dirección.

Sitio Fuente: Universia México