La ONU se une al proyecto de arte urbano más grande de Latinoamérica para proyectar el mundo que queremos

ARTE URBANO.-

Con la impulsión de la ONU, la Central de Abasto de la Ciudad de México se convierte en el escenario de arte urbano más grande de América Latina, donde 32 murales realizadas por más de 50 artistas urbanos nacionales e internacionales expresan la visión de un mundo sostenible.

Fotos: CINU México/Daniela Rico.

Un enjambre de vendedores, diableros y clientes circula en un bullicio  de colores, olores y ruido, rodeado de majestuosos murales.  En este mercado del tamaño de una ciudad conviven decenas de miles de trabajadores, “diableros”, y un medio millón de visitantes, 24 horas al día, 365 días al año. Ahora, la Central de Abasto de la ciudad de México, la más grande América Latina, se ha convertido en el más grande espacio de arte urbano del continente.

El Centro de Información de las Naciones Unidas para México (CINU) se ha unido con la Central de Abasto y la Agencia cultural We Do Things en la segunda fase del proyecto para añadir 32 obras de 6.6 metros por 20 metros, en las que más de 50 artistas urbanos nacionales e internacionales expresan su interpretación de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.

La función de estos objetivos globales es la de erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

De esa manera, la Central de Muros está trabajando en conjunto con la favor de un mundo mejor a través del arte.

Hablar del mundo que queremos.

En una rueda de prensa organizada hoy en la Central de Arte, en el medio de la Central ubicada en la delegación Iztapalapa, los socios expusieron los rostros del proyecto, seguido por un recogido de los murales en Turibus y una degustación de productos del mercado preparados por una Chef.

Katyna Argueta, directora de País del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) saludó esta iniciativa que realiza la alianza entre el arte y la política para la educación, la paz, el combate contra el hambre, la desigualdad y la destrucción del medio ambiente.

El arte permite “hablar de esas metas de forma innovadora”, dijo Giancarlo Summa, director del Centro de Información de las Naciones Unidas para México, Cuba y República Dominicana.

“El arte proyecta un mundo que queremos. En un mundo complicado, hay que defender los valores del humanismo, de un mundo mejor, más justo. Queremos utilizar esta herramienta para hablar del mundo que queremos.”

La Agenda 2030 no se trata más de país en desarrollo, explicó, pero de un desarrollo común, integral y incluyente, porque “el planeta solo es uno”.

Es un plan firmado por todos los países. “Cada país tiene que respetar los compromisos. Pero el desarrollo humano y ambiental solo avanza si la gente de cada país lo empuja”, dijo. “Es una cosa demasiado importante para dejarla a manos de políticos”, añadió.

Un proyecto en la tradición popular mexicana.

El proyecto se inscribe dentro de la tradición popular mexicana de las murales, prehispánica como revolucionaria.

 “El arte urbano es un herramienta para el cambio social”, aseguró Itze González, co-fundadora de We Do Things y curadora del proyecto. “Queremos que la gente se apropien del lugar”, ofrecerle “arte, color y cariño”. Y Desde esta “microciudad, llegar a lo macro”.

De hecho, los trabajadores de la Central cuidan los murales, y unos participaron a la realización de pinturas.

El artista urbano mexicano, Jonathan Avilés, alias “la Chula”, se juntó al proyecto al inicio a partir de un trabajo grafico con los niños de la guardería de la Central. Pintó un mural espectacular que representa a una diablera trabajando.

“Los diableros cargan en su espalda la responsabilidad de sostener la ciudad más grande América Latina”, dijo en entrevista con el CINU. “Son pilares de la vida de los ciudadanos.”

Sitio Fuente: ONU