5 lugares y estilos de vida extraordinarios que quizás no sabías que existían

TURISMO Y GASTRONOMÍA.

Tradiciones puestas a prueba a lo largo del tiempo y que ayudan a construir un mundo #HambreCero.-

Las terrazas de los Andes, los arrozales del sur de China, los sistemas de oasis del Magreb: la agricultura moldea paisajes y lugares. En este sentido, la agricultura también configura los medios de subsistencia, los estilos de vida, las tradiciones gastronómicas y las culturas. Los tipos de cultivos que se pueden o no sembrar, cómo se cosechan y lo que la gente finalmente lleva a sus platos, define -a su manera- la vida de las personas.

Hoy en día nuestros recursos naturales están bajo amenaza, así que necesitamos mirar y aprender de aquellos lugares del mundo donde la sostenibilidad es un estilo de vida. La FAO ha creado un programa para reconocer esos sitios únicos en los que la gente vive en armonía con el medio ambiente, donde se adaptan a las duras condiciones naturales, trabajando la tierra de manera tradicional y sostenible y preservando la biodiversidad y los recursos naturales. Con miras a esta realidad, la FAO ha denominado estos lugares como Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM).

1. Sistema Ayu del río Nagara en Japón.

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El río Nagara es uno de los ríos más limpios de Japón. Sus aguas claras albergan peces tan conocidos como el ayu, proporcionan agua limpia a las comunidades cercanas y riegan arrozales y otros campos. Tanto el río como su famoso pez ayu, están conectados económica, histórica y culturalmente a la región. El ayu tiene gran importancia en la cultura culinaria japonesa y se cocina de varias formas (incluyendo el sushi de ayu). Como tal, esta región protege este famoso pez mediante la imposición de fuertes restricciones a la pesca y garantiza que los bosques de aguas arriba estén bien mantenidos, ya que mantiene las aguas del Nagara limpias, una necesidad para los peces ayu.

2. Agricultura andina en las regiones peruanas de Cusco y Puno.

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Las impresionantes terrazas de la región de Cusco y Puno son prácticamente sinónimos de viajes a Perú. Durante más de 5.000 años, los agricultores indígenas y locales de la región andina han estado utilizando terrazas para convertir las pendientes empinadas en zonas productivas para cultivos, y han mantenido una gran biodiversidad de especies vegetales, incluyendo un gran número de variedades autóctonas de maíz, papa  y otros cultivos andinos. Los pueblos de esta región se han adaptado a las altitudes de los Andes y han cultivado de manera sostenible e innovadora, como con el uso de sistemas que capturan la lluvia y la calientan durante el día.

Los pueblos indígenas de estas regiones tienen una fuerte relación con la "Madre tierra" (Pachamama) y con las colinas, montañas, ríos y fenómenos atmosféricos que ellos representan dioses locales (Apus). Estas creencias constituyen un respeto natural y una reverencia por la naturaleza y los recursos que proporciona. Los pueblos indígenas de esta región no sólo sienten solidaridad por la naturaleza, sino tienen un fuerte sentido de comunidad. Muchas veces mantienen parcelas para uso comunitario para apoyar a las viudas, los huérfanos, los enfermos o aquellos que no tienen recursos.

3. Jardines flotantes en Bangladesh.

En algunas partes del sur y el centro de Bangladesh, las inundaciones pueden durar períodos prolongados, impidiendo así el uso de la tierra para la agricultura tradicional. En respuesta, los agricultores han desarrollado un sistema único en el que las plantas se pueden cultivar en el agua. Estos "jardines flotantes" se hacen en camas orgánicas de jacinto acuático, algas y otras composiciones vegetales. Estos jardines producen una variedad de frutas y verduras como melón, okra, calabaza, pepino, espinaca y amaranto, y permiten que los humedales se cultiven casi todo el año. Los jardines flotantes son también diez veces más productivos que los jardines terrestres de tamaño similar y son respetuosos con el medio ambiente, ya que no requieren fertilizantes ni pesticidas.

4. Isla de Chiloé, Chile.

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La Isla de Chiloé es una reserva única de muchas especies nativas de flora y fauna que están en peligro de extinción. La remota ubicación del archipiélago ha significado la preservación de una gran biodiversidad. Chiloé era tradicionalmente conocida como "la cultura chilota de la patata" porque la papa había sido la fuente fundamental de sustento, y por lo tanto de vida, en estas islas remotas. En una época, había entre 800 y 1000 especies de papa nativas cultivadas en Chiloé. Hoy en día sólo hay 91. Las patatas están en el corazón de muchas tradiciones, mitologías, creencias y prácticas sociales, muchas de las cuales todavía se pueden encontrar hoy como parte de la identidad del pueblo de Chiloé.

Históricamente, las mujeres rurales llevaron a cabo las actividades de conservación de la biodiversidad en las pequeñas parcelas de sus huertas familiares. Ellas fueron responsables de recolectar semillas de diferentes variedades en sus respectivas comunidades y mantener este patrimonio. No llevado a textos escritos, su conocimiento se ha transmitido a través de los siglos, resultando invaluable.

5. Pastoralismo Masai en Kenia y Tanzania.

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Los Masai son agropastoristas semi-nómadas, que crían animales tales como vacas, cabras, ovejas y búfalos. Han adaptado su modo de vida a las áridas tierras del sur de Kenya y el norte de Tanzania, las comunidades Masai viven en sintonía con su medio ambiente y tienen una gran comprensión de la naturaleza, especialmente en lo que respecta al clima y la vida silvestre. Estas habilidades han sido perfeccionadas para sobrevivir en entornos accidentados. Dependen en gran medida de los conocimientos tradicionales y las prácticas transmitidas a lo largo de los siglos para poder satisfacer sus necesidades alimentarias y convertirlos también en un medio de vida.

Han cooperado en construir y mantener el paisaje en el que la vida silvestre puede prosperar. Compartiendo bosques y tierras con la vida silvestre, los Masai sólo cosechan lo que necesitan. Estos fuertes valores de conservación se reflejan en sus prácticas religiosas y culturales. Hoy en día, los Masai también han comenzado a involucrarse como guías en el turismo de la vida silvestre de Kenia y Tanzania debido a su gran conocimiento de la tierra y la conexión con la vida silvestre.

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Sitio Fuente: FAO