Aprende cómo armar un presupuesto para un cliente en 5 pasos

NEGOCIOS Y EMPRESAS.

Si estás comenzando a trabajar como freelance, tendrás que aprender a presupuestar correctamente tus proyectos.-

Fuente: Shuttestock

Si estás comenzando tu propio emprendimiento o estás trabajando como freelance para diferentes empresas, debes saber que a partir de ahora no cobrarás un salario mensual, sino que recibirás una paga por cada proyecto o servicio que brindes. Para acordar con tu cliente o comprador el precio del trabajo, tendrás que elaborar un presupuesto acorde a lo solicitado.

No importa si eres diseñador, programador, redactor freelance o vendes servicios de diferente índole, siempre es difícil saber cuánto se tiene que cobrar en cada proyecto. Por tanto, es importante que tengas en cuenta que todo trabajo es diferente y debe cobrarse de acuerdo a sus características particulares. Para que el cliente entienda los costos y dimensiones del proyecto, es vital elaborar un presupuesto que lo detalle todo.

El armado de un presupuesto no solo es esencial para poder organizar el trabajo, sino que además es una herramienta que informa al cliente y da la posibilidad de “vender” lo que se hace. Es además una carta de presentación profesional, que sirve para hacer el primer contacto con el cliente, por lo que es un documento que hay que hacer con cuidado y dedicación.

De acuerdo al Portal de Infoautónomos, para armar un presupuesto hay que tener en cuenta numerosos factores. En primer lugar se deben tener presentes el tiempo y los recursos necesarios para llevar a cabo el proyecto y a partir de allí analizar sus costos. Una vez que se tenga claro el costo, se puede calcular el margen de ganancia, de acuerdo al pedido y al cliente.

Cómo armar un presupuesto en 5 pasos:

Paso 1: Entrevista con el cliente.

Antes de empezar con el proyecto, lo más importante es coordinar una entrevista con el cliente, ya se personal o a través de un servicio de videollamada. Esta instancia es vital para saber qué es lo que quiere el cliente, si tiene claro el proyecto, si necesita una guía, si es solo una vaga ideal difícil de implementar o puede llevarse a cabo.

Hay que darle al cliente, desde la visión profesional, una opinión argumentada sobre lo que puede hacerse y demostrar de qué manera uno puede colaborar con el proyecto. Lo ideal es encontrar el equilibrio justo entre los deseos del cliente y la viabilidad del proyecto.

Muchas veces es útil solicitar al cliente que llene un cuestionario con algunas preguntas sobre el proyecto, para que pueda expresar con claridad cuáles son sus deseos y qué espera lograr luego de culminado el trabajo.

Paso 2: Pautar las dimensiones del proyecto.

Una vez acordado con el cliente, se deben estimar las dimensiones del proyecto, es decir. Qué se quiere hacer, qué recursos son necesarios para lograrlo, cuánto tiempo puede llevar hacerlo y cuáles serán los resultados que se obtendrán del proyecto. Hay que ser prácticos y realistas e intentar conjugar las necesidades del cliente con el tiempo y el dinero con el que se cuentan. Es vital comprender qué elementos y recursos serán necesarios para el proyecto, además de las horas de trabajo y de ser necesario, la contratación de servicios tercerizados.

Para pautar las dimensiones con certeza, es aconsejable tener presentes todas las características del proyecto, para luego reflejarlos en el presupuesto de manera detallada y llegar a un acuerdo claro con el cliente.

Paso 3: Armar un cronograma.

Antes de poner un precio al proyecto, es necesario saber cuánto tiempo y qué recursos son necesarios para llevarlo a cabo, por tanto, hay que armar un cronograma que deberá incluirse en el presupuesto.

El cronograma deberá tener la fecha de inicio del proyecto, la recepción de los materiales y su posterior feedback con parte del trabajo realizado. Es recomendable incluir fechas para que no se dilaten más de lo necesario y mantener una buena organización en el proceso. Este cronograma tendrá además la fecha de entrega final del proyecto, fecha a la que se llegará por medio de un acuerdo entre el profesional y el cliente.

Una vez estimado el tiempo, se puede comenzar a calcular el precio del trabajo y las diferentes etapas en las que se llevará a cabo.

Paso 4: Plan de trabajo y precio.

El plan de trabajo deberá explicar, a grandes rasgos, cómo se llevará a cabo el proyecto y qué elementos son necesarios para realizarlo. Aquí es importante explicar la metodología que se utilizará y es además una buena instancia para convencer al cliente de porqué es necesario contar con ayuda profesional para lograr un buen trabajo. Una vez plateado el plan de trabajo en sus diferentes etapas, hay que incluir el precio del mismo.

Para calcular el precio hay que tener en cuenta varios factores: primero, el tiempo que lleva de realización, dato que podemos extraer del cronograma; segundo, los costos del trabajo, ya sea en horas de dedicación o si es necesario contratar otro recurso; en tercer lugar, hay que verificar los precios del mercado, entender cuánto se cobra por ese trabajo  y por último, calcular un margen de ganancia, que se sumará al costo del trabajo.

Es importante incluir las formas de pago, si será contado o a crédito, si hay que cobrar una parte antes de empezar el proyecto, si es por transferencia bancaria o solo efectivo, etc.

Paso 5: Incluir condiciones y garantías.

En un anexo del presupuesto, es recomendable incluir ciertas condiciones para la realización de trabajo, como los tiempos de entrega de materiales y la validez del presupuesto, para evitar malentendidos y poder llegar a un acuerdo claro y justo para ambas partes.

Un buen trabajo siempre está garantido, así que sin importar el servicio o producto que brindes, es recomendable que ofrezcas una garantía a tu cliente para que este pueda aceptar el presupuesto con confianza y recomendarte a otros potenciales clientes.

Sitio Fuente: Universia México