El misterioso “mar de fondo”: una fuerza oceánica que viaja miles de kilómetros

CIENCIAS DEL MAR / OCEANOGRAFÍA.-

El océano nunca está quieto. Incluso en los días más calmos, cuando la superficie parece un espejo, bajo esa aparente serenidad puede moverse una fuerza inmensa y silenciosa: el mar de fondo. Este fenómeno, muchas veces confundido con el oleaje local o las marejadas, tiene un origen lejano y un impacto global, afectando tanto a las costas como a la navegación, el surf y los ecosistemas marinos.

¿Qué es exactamente el mar de fondo?

El mar de fondo, también conocido como oleaje de fondo o swell en inglés, es un conjunto de olas generadas por tormentas y vientos que soplan a cientos o incluso miles de kilómetros de distancia. A diferencia del oleaje local —provocado por vientos cercanos y de corta duración—, el mar de fondo se forma cuando esas olas se organizan y viajan largas distancias en mar abierto, manteniendo su energía y dirección.

Su movimiento es regular, rítmico y ordenado. Estas olas, con longitudes de onda de hasta cientos de metros, pueden recorrer océanos enteros, llegando a costas donde no hay tormentas en curso, sorprendiendo a bañistas o navegantes desprevenidos.

Cómo se forma el mar de fondo: una coreografía de viento, agua y energía.

Todo comienza con una tormenta en alta mar. Los fuertes vientos transmiten energía a la superficie del océano, creando un conjunto caótico de olas. Con el tiempo, las olas más cortas se disipan, mientras que las más largas y potentes sobreviven, viajando a velocidades de hasta 90 km/h.

Cuando estas olas alcanzan aguas menos profundas cerca de la costa, su energía se comprime y se produce la transformación: crecen en altura y adquieren la forma clásica de una ola que rompe. Este proceso explica por qué lugares tan distantes como las costas de Sudamérica pueden recibir mar de fondo generado por tormentas en el Pacífico Sur.

Impacto del mar de fondo en las costas y en la vida marina.

El mar de fondo no solo es un espectáculo visual: tiene efectos físicos y ecológicos profundos.

- Erosión costera: el impacto repetido de estas olas puede modificar playas, acantilados y dunas, alterando la línea de costa. 
- Seguridad marítima: para pescadores, embarcaciones pequeñas y surfistas, el mar de fondo representa un riesgo invisible, ya que puede generar olas inesperadas en condiciones aparentemente tranquilas. 
- Ecosistemas marinos: el movimiento del mar de fondo remueve nutrientes desde el fondo, favoreciendo la productividad biológica en zonas costeras.

El mar de fondo y el surf: una relación de amor y respeto.

Para los surfistas, el mar de fondo es sinónimo de olas perfectas. Su regularidad y potencia son las condiciones ideales para practicar este deporte. Lugares icónicos como Pipeline (Hawái) o Mundaka (España) deben su fama precisamente a la llegada de estos trenes de olas formados a miles de kilómetros.

Sin embargo, esta misma energía puede resultar peligrosa: un mar de fondo intenso puede causar resacas potentes, corrientes de retorno y olas que rompen con fuerza impredecible.

Detectar y predecir el mar de fondo: ciencia y tecnología al servicio del mar.

Hoy en día, los oceanógrafos y meteorólogos utilizan satélites, boyas oceánicas y modelos numéricos para monitorear el mar de fondo. Plataformas como el Copernicus Marine Service o la NOAA permiten seguir en tiempo real el desplazamiento de estas ondas gigantes que recorren los océanos del planeta.

Gracias a estos avances, es posible predecir con días de antelación la llegada de un mar de fondo, permitiendo emitir alertas de seguridad y optimizar actividades marítimas, desde la pesca hasta el surf profesional.

Un fenómeno que conecta el planeta.

El mar de fondo es, en esencia, una prueba del poder interconectado de la naturaleza. Lo que empieza como una tormenta en un rincón del océano puede terminar impactando playas a miles de kilómetros, recordándonos que todos los mares del mundo están unidos por la misma energía.

Sitio Fuente: NCYT de Amazings