Discalculia: Qué es, cómo detectarla y por qué es vital hablar más sobre ella

PSICOLOGÍA.-

La discalculia es un trastorno específico del aprendizaje que afecta la capacidad para comprender, aprender y realizar operaciones matemáticas. Aunque menos conocida que la dislexia, la discalculia es igual de prevalente: se estima que afecta entre el 3% y el 7% de la población, tanto en niños como en adultos.

Se trata de una dificultad neurobiológica persistente, no relacionada con la inteligencia general, la motivación o la enseñanza. Es decir, una persona con discalculia puede tener un coeficiente intelectual normal o superior, y aún así mostrar una gran dificultad para entender conceptos numéricos básicos como la suma, la resta, el valor posicional, el sentido del número o la estimación.

¿Cuáles son los síntomas más comunes?

La discalculia puede manifestarse de distintas formas según la edad y el contexto. Algunos de los síntomas más habituales incluyen:

- Dificultad para reconocer números o símbolos matemáticos.

- Problemas para contar hacia adelante o hacia atrás.

- Incapacidad para recordar hechos numéricos como las tablas de multiplicar.

- Confusión con conceptos de tiempo, secuencias o direcciones.

- Dificultades para estimar cantidades o medir.

- Problemas para comprender operaciones matemáticas básicas.

En adolescentes y adultos, puede aparecer como ansiedad ante situaciones que implican cálculos, problemas con la administración del dinero, o errores frecuentes al leer relojes analógicos.

¿Cómo se diagnostica la discalculia?

El diagnóstico de la discalculia debe realizarse mediante evaluaciones psicopedagógicas y neuropsicológicas especializadas, generalmente por parte de psicólogos educativos, orientadores o neuropsicólogos. Estas pruebas analizan la competencia matemática, la memoria de trabajo, la atención y otros factores cognitivos relacionados.

El diagnóstico precoz, idealmente durante la educación primaria, es clave para reducir el impacto negativo que este trastorno puede tener en el rendimiento académico y la autoestima del estudiante.

Causas y factores de riesgo.

Las causas exactas de la discalculia aún no se comprenden completamente, pero la investigación apunta a factores genéticos y neurológicos. Estudios de neuroimagen han identificado diferencias en áreas del cerebro vinculadas con el procesamiento numérico, como el lóbulo parietal. También se han identificado casos con antecedentes familiares, lo que sugiere una predisposición hereditaria.

Algunos factores de riesgo son:

- Historia familiar de trastornos del aprendizaje.

- Prematuridad o bajo peso al nacer.

- Trastornos neurológicos asociados, como TDAH o dislexia.

- Entornos educativos poco estimulantes en edades tempranas.

¿Existe tratamiento?

No existe una "cura" para la discalculia, pero sí hay intervenciones efectivas que permiten a quienes la padecen mejorar su rendimiento y desarrollar estrategias compensatorias. Entre ellas destacan:

- Programas educativos especializados y adaptados.

- Apoyo individualizado con refuerzo positivo.

- Uso de materiales visuales, manipulativos y tecnológicos.

- Intervención psicopedagógica centrada en habilidades cognitivas.

El acompañamiento emocional también es fundamental, ya que muchos niños y jóvenes con discalculia sufren ansiedad matemática o frustración escolar.

¿Por qué es importante hablar más de la discalculia?

La discalculia sigue siendo un trastorno infradiagnosticado y poco comprendido, incluso entre profesionales de la educación. Esto provoca que muchos estudiantes pasen años con dificultades sin recibir el apoyo necesario, lo que puede derivar en bajo rendimiento, fracaso escolar y pérdida de autoestima.

Visibilizar la discalculia es clave para:

- Promover diagnósticos más tempranos.

- Sensibilizar a docentes y familias.

- Impulsar políticas educativas inclusivas.

- Reducir el estigma asociado a las dificultades con las matemáticas.

Sitio Fuente: NCYT de Amazings