¿Qué pasa en un hormiguero cuando muere la reina?

CIENCIAS DE LA VIDA / ENTOMOLOGÍA.-

Cuando pensamos en un hormiguero, la figura de la reina suele ocupar un lugar central en el imaginario colectivo.

Y no es para menos: su papel en la estructura social y biológica de la colonia es tan crucial que su pérdida puede desencadenar una cadena de eventos dramáticos. Así pues, ¿qué ocurre realmente en un hormiguero cuando su reina muere? ¿Está condenada la colonia a desaparecer?.

La reina: mucho más que una madre.

En la mayoría de las especies de hormigas, la reina es la única hembra fértil de la colonia y su función principal es poner huevos. Puede llegar a vivir varios años (incluso décadas, en algunas especies), y su presencia garantiza la estabilidad y la continuidad genética del hormiguero.

Además, la reina emite feromonas —sustancias químicas— que regulan el comportamiento de las demás hormigas, inhiben la reproducción de las obreras y mantienen el orden social. Es un equilibrio delicado, casi invisible, pero tremendamente eficaz.

El primer día sin reina: caos químico.

Cuando la reina muere, su rastro de feromonas desaparece rápidamente. En apenas unas horas, las obreras comienzan a detectar que algo ha cambiado. La ausencia de esas señales químicas genera un caos silencioso: el control hormonal que mantenía cohesionada a la colonia se desvanece.

En especies donde solo hay una reina (monogínicas), la situación puede volverse crítica. Sin una figura reproductiva, la colonia entra en una especie de cuenta atrás biológica. Sin nuevos huevos, el ciclo de vida se interrumpe y, poco a poco, la población decrece hasta desaparecer.

¿Puede una hormiga obrera convertirse en reina?

En algunos casos, sí. En especies poligínicas (con múltiples reinas), la muerte de una reina puede ser compensada por otras aún vivas. Pero incluso en colonias monogínicas, ciertas especies han desarrollado mecanismos de emergencia.

Algunas obreras pueden desarrollar ovarios y comenzar a poner huevos, aunque en su mayoría serán huevos no fecundados que dan lugar a machos. En otros casos, si la colonia conserva pupas de posibles nuevas reinas (princesas), estas pueden ser alimentadas y desarrollarse para asumir el rol reproductivo, siempre y cuando haya aún suficientes recursos y obreras vivas para sostener la transición.

La lucha por el poder: conflictos internos.

La muerte de la reina no siempre une a la colonia; a menudo, ocurre lo contrario. Algunas obreras pueden competir por la oportunidad de reproducirse, desencadenando enfrentamientos e incluso guerras civiles a pequeña escala. En especies como Harpegnathos saltator, obreras pueden convertirse en "gamergates", una suerte de obreras-reina, pero solo tras violentas disputas jerárquicas.

El ocaso del hormiguero.

En la mayoría de los casos, si no se produce una sustitución efectiva de la reina, el destino del hormiguero está sellado. A medida que las obreras mueren de viejas, la fuerza laboral disminuye. Las reservas de alimento se agotan, las larvas no se reemplazan y la colonia colapsa.

No obstante, este final no ocurre de inmediato. Algunas colonias pueden mantenerse activas durante meses o incluso un par de años después de la pérdida de la reina, dependiendo del tamaño inicial y del ciclo de vida de la especie.

Una historia de fragilidad y resiliencia.

La muerte de la reina es uno de los eventos más significativos en la vida de un hormiguero. Revela tanto la fragilidad del orden social como la sorprendente capacidad de adaptación de estos insectos. A través de mecanismos biológicos complejos, algunas especies han encontrado formas de prolongar su linaje; otras, simplemente aceptan el final como parte natural de su ciclo vital.

Sea como sea, estudiar lo que ocurre en un hormiguero sin reina no solo nos ayuda a entender a las hormigas, sino que también nos ofrece una valiosa lección sobre organización, resiliencia y dependencia biológica.

Sitio Fuente: NCYT de Amazings