El inicio y la propagación de la agricultura, ¿fenómeno migratorio o transmisión de ideas?
ANTROPOLOGÍA E HISTORIA / ARQUEOLOGÍA.
La transición hacia la agricultura y un estilo de vida sedentario es uno de los grandes puntos de inflexión de la historia de la humanidad. Sin embargo, la forma en que se propagó este modo de vida neolítico ha sido objeto de acalorados debates.
¿Se extendió la agricultura a las regiones vecinas mediante la migración de los agricultores? ¿O fueron más bien los cazadores-recolectores locales quienes adoptaron el modo de vida de sus vecinos? Un estudio reciente, que combina arqueología y genética de forma innovadora, aporta datos nuevos y reveladores sobre esta transición.
Figura encontrada en el yacimiento arqueológico de Ulucak Höyük en el oeste de Anatolia. Foto: Ulucak Höyük Excavation Archive. CC BY-NC-ND
El estudio es obra de un equipo internacional integrado, entre otros, por Dilek Koptekin y Anna-Sapfo Malaspinas, de la Universidad de Lausana en Suiza, y Füsun Özer, de la Universidad de Hacettepe en Ankara, Turquía.
Investigaciones anteriores ya habían demostrado cómo la agricultura sustituyó gradualmente a la caza y la recolección en Europa después del año 6.000 a.C., a través de la emigración de agricultores hacia fuera de Anatolia (la actual Turquía). Pero lo que ocurrió antes de este punto de inflexión, especialmente en Anatolia, seguía sin estar claro. “Nuestro estudio nos permite retroceder en el tiempo hasta acontecimientos sobre los que hasta ahora tan solo se especulaba”, afirma Koptekin.
Este avance ha sido posible gracias a la secuenciación del genoma de un individuo que vivió hace 9.000 años en Anatolia occidental, el más antiguo de entre todos los procedentes de esta región que cuentan con restos mortales. Combinando este genoma con 29 genomas adicionales de personas del pasado lejano, así como con datos publicados, los investigadores hallaron una sorprendente continuidad genética en el oeste de Anatolia a lo largo de siete milenios. Desde el punto de vista genético, estas poblaciones eran principalmente autóctonas, lo que significa que sus antepasados no habían llegado recientemente de otros lugares. Sin embargo, su cultura material evolucionó rápidamente: pasaron de habitar en cuevas a hacerlo en casas construidas por ellos; paralelamente, comenzaron a usar herramientas que hasta entonces solo habían sido usadas por gente de fuera, y a practicar rituales, que hasta entonces solo habían sido practicados por gente de fuera.
Esto sugiere que estas comunidades adoptaron prácticas neolíticas por intercambio cultural más que por sustitución de población.
Sin embargo, en algunas zonas de Anatolia, los datos genéticos analizados por los autores del nuevo estudio revelan tanto migración como mezcla de poblaciones en torno al año 7.000 a.C. En este caso, nuevos grupos se desplazaron, aportando tanto genes nuevos como una cultura nueva. También en la región del Egeo, una oleada posterior de movimientos de población introdujo nuevos elementos culturales que acabarían extendiéndose por Europa.
En conclusión, el nuevo estudio indica que la transición hacia la agricultura ocurrió tanto por transmisión de ideas como por migración de gente que la practicaba a lugares donde no se practicaba.
El estudio se titula “Out-of-Anatolia: cultural and genetic interactions during the Neolithic expansion in the Aegean”. Y se ha publicado en la revista académica Science.
Por: Redacción.
Sitio Fuente: NCYT de Amazingsa