René Avilés basó su credo en la rebeldía: Bernardo Ruíz

- Fue un personaje excepcional: carismático, con mucho sentido del humor, coqueto, presumido, muy culto, buen conversador, incorruptible: María del Rosario Casco
- Su obra fue amplia y plural, producto de la creatividad y el oficio en su tránsito por las edades del hombre.

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Unos cuantos días después de haber sido homenajeado por la Lotería Nacional con la emisión de un billete conmemorativo en su memoria, René Avilés Fabila (1940-2016) reunió a colegas, amigos, alumnos y familiares en un concurrido y emotivo homenaje al autor de Tantadel y Profesor Distinguido de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) cuya personalidad fue también destacada.

En palabras del también escritor Bernardo Ruiz, el investigador de esta casa de estudios fallecido en octubre del año pasado “basó su credo en la rebeldía y en el desprecio por los autoritarismos y los absurdos de las doctrinas y las ideologías”.

En el Centro de Difusión Cultural Casa Galván de la UAM se dieron cita muchos de sus amigos para celebrar al escritor, periodista y catedrático universitario, pero destacó la presencia de la doctora María del Rosario Casco Montoya, viuda de René Avilés, quien habló sobre René en la intimidad.

La doctora Casco Montoya se refirió al escritor como “un personaje excepcional: carismático, con mucho sentido del humor, coqueto, presumido, muy culto, buen conversador, incorruptible, le gustaba la buena comida y la bebida, fotogénico y con una sonrisa encantadora”.

René hizo lo que quiso. Criticó acremente a quienes consideraba se lo merecían y murió como quería, de un infarto masivo al miocardio en cinco minutos y se fue guapo, con el mismo sentido del humor que le caracterizó, en plena actividad creativa y con muchos proyectos por delante”.

En general, dijo, puedo afirmar que René Avilés estaba harto de todo lo que pasaba en México, desde el punto de vista no sólo cultural, sino político y cultural, “y una de las últimas desilusiones fue saber que no ganó el Premio Nacional de Artes y Literatura 2016, con argumentos nada literarios, simplemente avalado por género y enfermedad de la persona que lo ganó”.

Luego de recordar algunas anécdotas de cuando se conocieron, los viajes que hicieron juntos, y admitir que “mentiría si dijera que todo fue miel sobre hojuelas”, aunque 90 por ciento de los 56 años que estuvieron juntos “fue maravilloso” Casco Montoya concluyó su intervención con el Epílogo del libro El gran solitario de Palacio: Carajo ¡Qué soledad!

“René tenemos una cita pendiente”, dijo al concluir sus palabras el también escritor Bernardo Ruiz, quien se refirió al amigo “magnífico con quien compartí vida y literatura desde 1981”.

El maestro Bernardo Ruiz describió la obra de Avilés Fabila como “amplia y plural, producto de la creatividad y el oficio en su tránsito por las edades del hombre; obra caudalosa donde se alternaron diversidad de géneros y propuestas: las de la fantasía, las de la crítica de lo cotidiano y las miserias políticas, la expresión del amor y la intensidad de la pasión en sus diversos grados”.

En este homenaje en el que Claudia Meléndez y Jesús Francisco Conde leyeron algunos textos de Avilés Fabila, el director de Publicaciones y Promoción Editorial de la Coordinación General de Difusión de la UAM señaló que el escritor no fue ajeno al reconocimiento de la valía de otros; si bien cuando fue necesario “esgrimió las armas del desdén y las navajas de la ironía en más de un corredor de la vida contra quien provocara su ira, su desdén o su acendrada enemistad”.

A lo largo de su vida, destacó, el credo de René Avilés se basó en la rebeldía y el desprecio de los autoritarismos y de los absurdos de las doctrinas y las ideologías. Para ello se hizo de una formación muy vasta que le permitió argumentar con solidez, a lo largo de su obra, en favor de la libertad con pleno desprecio contra la injusticia y los abusos de poder.

La doctora Martha Fernández, profesora de la Facultad de Filosofía y Letras y del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, quien fue amiga y colaboradora de René Avilés en diferentes suplementos culturales y quiso recordar “no al escritor notable que supo imprimir su personalidad, sino al amigo”, con el que tenía la costumbre de recorrer el Centro Histórico y admirar sitios que a él le fascinaban como la Plaza de Santo Domingo o el Palacio del Arzobispado y en general la arquitectura virreinal.

Ahí estuvo también Juan Luis Nutte, egresado de la licenciatura en Letras Hispánicas de la Unidad Iztapalapa de la UAM, quien rememoró una entrevista realizada a mediados de los años noventa del siglo pasado por alumnos del taller literario del poeta Juan José de Giovannini, para su revista El Castillo y a cuyos editores “nos emocionaba la posibilidad de conocer a uno de los integrantes de la Onda”.

Para este encuentro “conseguimos sus libros, y empezamos a quererlo y a identificarnos con su particular estilo, y esto siempre sucede cuando un escritor es de cepa, de esos de veras talentosos”.

Juan Luis Nutte sostuvo: “Pienso firmemente que mi querido René Avilés Fabila aún no es nostalgia, porque la nostalgia es el primer aviso del olvido y el olvido la confirmación de lo que ya no existe entre nosotros”, expresó.

Otra de sus amigas, Patricia Zama, editora en la Dirección de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM, autora de la columna Mesita de noche, para el suplemento cultural El Búho, recordó cómo René Avilés la impulsó a involucrarse cada vez más con el periodismo cultural.

La también escritora y profesora Beatriz Espejo, quien al igual que René Avilés recibió el Premio Nacional de Periodismo y el Premio Nacional de Narrativa Colima, así como la Medalla Bellas Artes, dedicó una Carta a René en la que agradeció “no sólo tu obra literaria que hiciste crecer sin descanso, sino por las repetidas muestras de amistad que me deparaste”.

Y agregó: “Yo sé que eras agnóstico querido René, pero yo me atrevo a pensar en una vida demasiado misteriosa para acabarse como terminó la tuya, así, intempestivamente, sin previo aviso. Por eso me atrevo a pensar que me estás escuchando y que te conmueve comprobar lo mucho que te apreciamos”.

Sitio Fuente: UAM Número 045