Bodyoids y Biotecnología: la controversia del futuro médico
CIENCIAS DE LA SALUD Y TECNOLOGÍA. Tiempo de lectura: 7 minutos.
Los cuerpos humanos vivos «repuestos» pueden proporcionarnos órganos para el trasplante.
MIT Technology Review publicó recientemente un artículo sobre los bodyoids vivos que no pueden pensar ni sentir dolor. En él, tres expertos sostienen que los avances biotecnológicos pronto permitirán crear cuerpos humanos «de repuesto» que podrán utilizarse para la investigación o para donar órganos.
Si llegaste hasta acá y se te ha erizado la piel, no eres la única persona. La idea tiene algo inquietante, como salida de las partes más oscuras de la ciencia ficción. Pero los bodyoids podrían tener un uso positivo. Y si realmente no tienen conciencia ni capacidad de pensar, su uso no cruzaría “las líneas éticas de la mayoría”, según los autores. Yo no estoy tan segura.
En cualquier caso, no cabe duda de que los avances de la ciencia y la biotecnología nos acercan a la realidad potencial de los bodyoids. Y la idea ya está suscitando debates éticos y controversias.
Uno de los principales argumentos a favor de los bodyoids es que podrían proporcionar órganos humanos de repuesto. Hay una enorme escasez de órganos para trasplantes. Más de 100.000 personas esperan un trasplante en Estados Unidos, y cada día mueren 17 personas en esa lista de espera. Los bodyoids humanos podrían servir como una nueva fuente.
Los científicos trabajan en otras posibles soluciones a este problema. Una de ellas es el uso de órganos animales editados genéticamente. Los órganos animales no suelen ser aceptables para el ser humano: el sistema inmunitario los rechaza por considerarlos «extraños». Pero algunas empresas están creando cerdos con una serie de modificaciones genéticas que hacen que sus órganos sean más aceptables para el cuerpo humano.
Un puñado de personas vivas han recibido órganos de cerdo editados genéticamente. En 2022 David Bennett Sr. se convirtió en la primera persona en recibir un corazón de cerdo modificado genéticamente, y Richard Slayman fue el primero en recibir un riñón, a principios de 2024. Por desgracia, ambos fallecieron unos dos meses después de la operación.
Sin embargo, para Towana Looney que fue la tercera persona en el mundo en recibir un trasplante de riñón de cerdo modificado genéticamente, todo marcha bien. La operaron a fines de noviembre del año pasado y los resultados parecen prometedores. «Estoy llena de energía. Tengo un apetito que no sentía hace ocho años», contó en ese momento. «Puedo poner la mano sobre este riñón y sentirlo vibrar». En febrero, ya estaba de vuelta en su casa.
Al menos una empresa ya está explorando una vía parecida a la de los llamados bodyoids. Se trata de Renewal Bio, una compañía biotecnológica con sede en Israel, que busca cultivar “versiones en etapa embrionaria de personas” con la esperanza de poder usar esos organismos para generar órganos de reemplazo.
Su planteamiento se basa en los avances en el desarrollo de «embriones sintéticos». (Pongo ese término entre comillas porque, aunque es la descripción más sencilla de lo que son, muchos científicos odian el término).
Los embriones nacen de la unión de un óvulo y un espermatozoide. Pero los científicos han estado trabajando para crear embriones a partir de células madre. En las condiciones adecuadas, estas células pueden dividirse en estructuras muy parecidas a un embrión típico .
Los científicos todavía no saben hasta dónde pueden llegar a desarrollarse estas estructuras parecidas a embriones. Pero ya las están usando para intentar embarazar vacas y monos.
Y cuando se trata de embriones humanos sintéticos, nadie tiene muy claro cómo deberíamos pensar sobre ellos. Ni siquiera hay consenso sobre cómo llamarlos. Hoy en día, las normas establecen que los embriones humanos «tradicionales» solo pueden cultivarse en laboratorio hasta los 14 días. ¿Debería aplicarse esa misma regla a los embriones sintéticos?
La mera existencia de embriones sintéticos está poniendo en tela de juicio nuestra comprensión de lo que es un embrión humano. «¿Es aquello que sólo se genera a partir de la fusión de un espermatozoide y un óvulo?». Naomi Moris, bióloga del desarrollo del Instituto Crick de Londres, me dijo hace un par de años «¿Tiene algo que ver con los tipos de células que posee, o con la forma de la estructura? «
Los autores del nuevo artículo de MIT Technology Review señalan que estos bodyoids también podrían ayudar a acelerar la investigación científica y médica.
En la actualidad, la mayor parte de la investigación farmacológica debe realizarse en animales de laboratorio antes de iniciar los ensayos clínicos. Pero los animales no humanos pueden no responder igual que las personas, y la gran mayoría de los tratamientos que parecen muy prometedores en ratones fracasan en humanos. Estas investigaciones pueden parecer una pérdida de tiempo y de vidas animales.
Los científicos también han estado trabajando en soluciones a estos problemas. Algunos están creando «organs on chips«-colecciones en miniatura de células organizadas en un pequeño trozo de polímero que pueden parecerse a órganos de tamaño natural y utilizarse para probar los efectos de los fármacos.
Otros están yendo por otro camino: están creando representaciones digitales de órganos humanos con el mismo objetivo. Estos “gemelos digitales” se pueden modelar con mucho detalle y podrían usarse para hacer ensayos clínicos directamente en simulaciones por computadora, sin necesidad de pasar por personas reales.
Personalmente, ambos enfoques me parecen más aceptables que realizar experimentos con un ser humano creado sin la capacidad de pensar o sentir dolor. La idea me recuerda a la reciente novela Cadáver Exquisito, de Agustina Bazterrica, en la que se crían humanos para el consumo. En el libro, se les extirpan las cuerdas vocales para que los demás no tengan que oírlos gritar.
Sin embargo, cuando se trata de biotecnología en el mundo real, nuestros sentimientos sobre lo que es «aceptable» tienden a cambiar. La fecundación in vitro fue demonizada cuando se desarrolló por primera vez, por ejemplo, con oponentes argumentando que era «antinatural», un «insulto peligroso» y «la mayor amenaza desde la bomba atómica». Se calcula que más de 12 millones de personas han nacido mediante FIV desde que Louise Brown se convirtiera en el primer «bebé probeta» hace 46 años. Me pregunto cómo nos sentiremos todos respecto a los bodyoids dentro de 46 años.
Por: Jessica Hamzelou.
Sitio Fuente: MIT Technology Review