El índice de precios de los alimentos de la FAO sube en febrero 2025

FAO.-

El alza de los precios del azúcar, los productos lácteos y los aceites vegetales impulsa el incremento general.

Un trabajador coloca quesos envasados en la estantería de la cámara frigorífica de una fábrica de quesos en Armenia. ©FAO/Karen Minasyan.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) informó hoy de que el indicador de referencia de los precios mundiales de los productos alimenticios había subido en febrero, impulsado por el aumento de los precios del azúcar, los productos lácteos y los aceites vegetales.

El índice de precios de los alimentos de la FAO, que hace un seguimiento mensual de las variaciones en los precios internacionales de un conjunto de productos alimenticios comercializados a escala mundial, registró un promedio de 127,1 puntos en febrero, es decir, un 1,6 % más que el mes anterior y un 8,2 % por encima del nivel de febrero de 2024.

El alza repentina fue motivada en gran medida por el índice de precios del azúcar de la FAO, que subió un 6,6 % desde enero tras tres meses consecutivos de descensos, con lo que alcanzó 118,5 puntos en febrero. El aumento obedeció a la preocupación ante la probabilidad de una mayor escasez de la oferta mundial en la campaña de 2024/25, en particular debido a las previsiones de descenso de la producción en la India y a las condiciones meteorológicas adversas que afectan a los cultivos en el Brasil.

El índice de precios de los productos lácteos de la FAO aumentó un 4,0 % desde enero, ubicándose en un promedio de 148,7 puntos. La subida fue el resultado del alza de los precios de todos los productos lácteos principales, incluidos los quesos y la leche entera en polvo, ya que la fuerte demanda de importaciones superó a la producción en las principales regiones exportadoras.

El índice de precios de los aceites vegetales de la FAO se situó en febrero en un promedio de 156,0 puntos, lo que supone un 2,0 % más que en enero y un alza del 29,1 % respecto del año anterior. El incremento obedeció en gran medida al alza de los precios de los aceites de palma, soja y girasol, que se vio impulsada por las limitaciones estacionales de la oferta en Asia sudoriental y la fuerte demanda del sector del biodiésel.

El índice de precios de los cereales de la FAO evolucionó al alza en un 0,7 % en febrero, alcanzando un promedio de 112,6 puntos. Los precios del trigo aumentaron a raíz de la mayor escasez de la oferta en la Federación de Rusia y la preocupación acerca de las condiciones de cultivo en Europa oriental y América del Norte, aunque el índice general se mantuvo ligeramente por debajo de su nivel de febrero de 2024. Los precios mundiales del maíz siguieron subiendo, apuntalados por la mayor escasez de la oferta en el Brasil y la fuerte demanda de exportaciones de los Estados Unidos de América. Por el contrario, los precios mundiales del arroz cayeron un 6,8 % en febrero debido a la abundancia de suministros exportables y la débil demanda de importaciones.

El índice de precios de la carne de la FAO se mantuvo estable en febrero, alcanzando un promedio de 118,0 puntos, lo que supone un descenso del 0,1 % desde enero. Mientras que los precios internacionales de la carne de aves de corral y cerdo bajaron a causa de la abundancia de la oferta, los de la carne de ovino y bovino se mantuvieron firmes gracias a la fuerte demanda mundial de importaciones.

Las primeras previsiones apuntan a un modesto incremento de la producción mundial de trigo en 2025.

La FAO también publicó su última nota informativa sobre la oferta y la demanda de cereales, en la que se pronostica que la producción mundial de trigo en 2025 ascenderá a 796 millones de toneladas, lo que supone un modesto incremento de cerca del 1 % respecto del año anterior. Este pronóstico se sustenta en el aumento de la producción previsto en la Unión Europea, en particular en Alemania y Francia, donde se espera que se incremente la siembra de trigo blando. Sin embargo, desafíos como las condiciones secas en Europa oriental y el exceso de precipitaciones en las regiones occidentales podrían afectar a la mejora de los rendimientos. En los Estados Unidos de América, se prevé una ampliación de la superficie sembrada con trigo, aunque los rendimientos podrían disminuir ligeramente debido a las condiciones de sequía que afectan a los cultivos de invierno.

Se prevé que la producción de arroz en 2024/25 alcanzará la cifra sin precedentes de 543 millones de toneladas (en su equivalente de arroz elaborado), impulsada por unas perspectivas positivas para las cosechas en la India y unas condiciones favorables de cultivo en Camboya y Myanmar.

La FAO ha incrementado su estimación acerca de la producción mundial de cereales en 2024, que asciende ahora a 2 842 millones de toneladas, lo que supone un ligero aumento respecto del nivel de 2023.

Según el pronóstico, la utilización mundial de cereales en la campaña de comercialización de 2024/25 ascenderá a 2 867 millones de toneladas, un 1,0 % más que el año anterior, impulsada por el consumo de arroz sin precedentes previsto. Se estima que la utilización de trigo se mantendrá estable, ya que el aumento del uso industrial, en particular en China, compensará el ligero descenso del consumo de alimentos.

La FAO pronostica que las reservas mundiales de cereales disminuirán en un 1,9 % y que las existencias al final de la campaña de 2025 ascenderán a 869,3 millones de toneladas, previendo que el alza de las reservas en la Federación de Rusia y Ucrania se compensarán con las reducciones en otros lugares. Se prevé que la relación entre las reservas mundiales de cereales y su utilización descenderá al 29,9 %, porcentaje que sigue indicando una situación holgada de la oferta. Además, la FAO ha revisado su pronóstico relativo al comercio mundial de cereales y lo ha cifrado en 484,2 millones de toneladas, lo que supone un descenso del 5,6 % respecto de la campaña precedente, debido a cambios en la dinámica de las exportaciones.

Las perspectivas para las cosechas de 2025 varían de una región a otra.

La FAO también ha publicado hoy una nueva edición de su informe titulado Perspectivas de cosechas y situación alimentaria. De cara a 2025, en África, las condiciones meteorológicas secas prolongadas en el norte del continente están mermando las perspectivas sobre la producción de cereales, mientras que se prevé que las precipitaciones favorables en África austral respaldarán la recuperación del rendimiento de los cultivos tras el importante descenso registrado en 2024.

En Asia, las perspectivas son variadas. En los países asiáticos del Lejano Oriente se espera un crecimiento continuado de la producción de trigo en 2025, impulsado por la siembra de grandes superficies y unas condiciones meteorológicas favorables. Por el contrario, los países asiáticos del Cercano Oriente están lidiando con escasas precipitaciones desde finales de 2024, lo que ha afectado a los potenciales de rendimiento y podría hacer que las cosechas de trigo decaigan por debajo del promedio quinquenal.

Por su parte, en América Latina y el Caribe, unas condiciones meteorológicas dispares están afectando a la producción de maíz en América del Sur, con el riesgo de que los brotes de la enfermedad de achaparramiento del maíz planteen una amenaza adicional en la Argentina. Pese a estos desafíos, se estima que la producción agregada seguirá manteniéndose en un nivel superior a la media, fundamentalmente a causa de las buenas perspectivas sobre la producción en el Brasil. En América central y el Caribe, las condiciones secas actuales han hecho que disminuya la siembra de cereales en México, mientras que en otras partes se espera que el clima favorable aumente los rendimientos.

En el informe de la FAO se pone de relieve asimismo que 45 países —33 en África, nueve en Asia, dos en América Latina y el Caribe, y uno en Europa— necesitan asistencia alimentaria externa. Según el informe, la persistencia de los conflictos y la inseguridad civil siguen siendo los impulsores primarios del hambre aguda, y las poblaciones de la Franja de Gaza (Palestina) y el Sudán se enfrentan a unos niveles de inseguridad alimentaria aguda que corresponden a la Fase 5 de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases.

También el Sistema de información sobre el mercado agrícola (SIMA), que alberga la FAO, publicó hoy su boletín mensual sobre el mercado, Market Monitor. Además de las secciones habituales sobre análisis de mercado, en el informe se incluye un artículo en el que se presentan las primeras previsiones sobre la producción mundial de trigo en 2025.

Puede obtenerse más información aquí.

Sitio Fuente: FAO