La minería de oro en la Amazonía peruana ha causado más daño a las turberas en los últimos dos años que en las tres décadas anteriores

Perú: CIENCIAS DE LA TIERRA.-

Una grave amenaza para el medio ambiente y el clima.

Agua de disposición residual producto de la minería de oro en el sector Guacamayo (Madre de Dios)/Gabriel Alarcón Aguirre.

Una nueva investigación publicada en la revista académica Environmental Research Letters revela que la minería de oro artesanal en el sur de la Amazonía peruana ha causado más destrucción a las turberas ricas en carbono en los últimos dos años que en las tres décadas anteriores juntas, lo que representa una grave amenaza para el medio ambiente y el clima.

Durante décadas, la minería de oro a pequeña escala ha prosperado a lo largo de los ríos de la región de Madre de Dios, impulsada por el oro que se encuentra con frecuencia en los suelos circundantes. Si bien la deforestación causada por la minería ya ha resultado en importantes emisiones de carbono, los científicos ahora han descubierto que el daño es aún más profundo, literalmente.

Utilizando más de 35 años de datos satelitales del programa Landsat de la NASA, los investigadores rastrearon la expansión de la minería de oro en las turberas amazónicas, que almacenan grandes cantidades de carbono bajo tierra. Los hallazgos son alarmantes: más de 550 hectáreas de turberas han sido destruidas, liberando entre 0,2 y 0,7 millones de toneladas de carbono a la atmósfera. Sorprendentemente, más del 55% de este daño se ha producido en tan sólo los dos últimos años, superando la destrucción acumulada de todas las décadas anteriores.

Las turberas son vitales porque retienen carbono con mayor densidad que los bosques. De hecho, las turberas de esta región almacenan tanto carbono como los bosques en un área siete veces mayor. Esto significa que incluso pequeñas áreas de pérdida de turberas pueden tener un gran impacto en las emisiones de gases de efecto invernadero.

La minería en turberas representa actualmente alrededor del 9% de toda la actividad minera en la región, pero está creciendo rápidamente. Si la tendencia continúa, la minería en turberas podría representar el 25% de la minería total en 2027. Ya se han visto afectadas 63 de las 219 áreas de turberas, lo que pone en riesgo inmediato a más de 10.000 hectáreas. Esto podría provocar la liberación de hasta 14,5 millones de toneladas de carbono, equivalente a las emisiones anuales de millones de automóviles.

No fue hasta 2012 que la ciencia conoció estas turberas en el sur de Perú. Sólo una década después, el mismo grupo de científicos que proporcionó la descripción original de estas turberas ahora describe el comienzo de su desaparición. Los datos pintan un panorama desalentador para el futuro.

El Dr. John Householder, autor correspondiente del estudio, explica: "La minería se está extendiendo rápidamente a estas áreas frágiles porque se ha vuelto más fácil llegar a estos lugares mineros remotos y simplemente no hay suficiente aplicación de la ley para proteger el área. Si no frenamos la destrucción, el daño a las turberas de la Amazonia podría ser permanente, con graves impactos ambientales, sociales y económicos en el futuro".

Añade: "Hay muchos otros sitios donde se sospecha que hay cantidades considerables de turba, pero los datos de campo para comprobar estas sospechas simplemente no están disponibles. Lo que nuestro artículo muestra es que incluso dentro de una generación humana, es muy posible que grandes depósitos de turba puedan desaparecer del paisaje, antes de que la ciencia haya tenido la oportunidad de describirlos. Para aquellos depósitos de turba que ya se conocen, los hallazgos de esta investigación son una llamada de atención para protegerlos".

Sitio Fuente: DICyT