Mundos “imposibles” descubiertos bajo el mar extrañan a los expertos
CIENCIAS DE LA TIERRA.
Un área de anomalías sísmicas bajo el Pacífico occidental era absolutamente desconocida hasta hoy: además, se han hallado otras regiones donde las ondas sísmicas siguen dinámicas extrañas.
Empleando un nuevo modelo, los investigadores descubrieron zonas en el manto inferior de la Tierra donde las ondas sísmicas viajan más lento (rojo) o más rápido (azul). Una gran zona azul en el Pacífico occidental, ubicada por encima del centro de la imagen, era previamente desconocida. / Créditos: Sebastian Noe / ETH Zurich.
Los científicos han identificado áreas en el manto inferior terrestre donde las ondas sísmicas se comportan de manera diferente a lo que se suponía anteriormente. Esto sugiere la presencia de zonas de rocas que son más frías, o tienen una composición diferente, que las rocas circundantes. Los hallazgos desafían la comprensión actual sobre la tectónica de placas y abren un gran misterio a resolver.
Investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETH Zurich), en Suiza, han desvelado zonas por debajo del Pacífico occidental donde las ondas sísmicas muestran velocidades anómalas y mantienen una dinámica que, según las teorías actuales, no se debería registrar. Los resultados, que se resumen en un nuevo estudio publicado en la revista Scientific Reports, ponen en duda los conocimientos acumulados hasta hoy sobre cómo funciona la Tierra.
Los descubrimientos son producto de la aplicación de un nuevo modelo de alta resolución para estudiar el manto terrestre: con esta herramienta, los especialistas intentarán averiguar dónde se encuentra el material de una placa que se ha hundido en el interior de la Tierra, de acuerdo a lo sugerido en observaciones previas. Según una nota de prensa, se necesitarán igualmente modelos aún más optimizados para definir con precisión el localización de este material.
Escaneando el interior profundo de la Tierra.
Durante los terremotos, las ondas sísmicas se extienden desde el epicentro en todas las direcciones. En su camino a través de la Tierra, viajan a distintas velocidades que dependen del tipo de onda, pero también de la densidad y elasticidad del material por el cual pasan. Las estaciones sismográficas registran estas diferentes ondas, permitiendo obtener conclusiones sobre la estructura y composición de la Tierra y examinar los procesos que tienen lugar en su interior.
A través de esas grabaciones sísmicas, fue posible determinar la posición de las placas tectónicas sumergidas en todo el manto de la Tierra, localizadas en un área conocida como zonas de subducción, donde dos placas se encuentran. Ahora, los científicos suizos han hallado otras áreas en el interior terrestre que se parecen a los restos de placas sumergidas, según indica la dinámica de las ondas sísmicas.
Sin embargo, estos sectores no se encuentran donde se espera en función de las teorías indicadas: por el contrario, se han descubierto bajo grandes océanos o en el interior de los continentes, lejos de los límites de las placas tectónicas. Tampoco existe evidencia geológica de subducción pasada en esas regiones: los investigadores no disponen de herramientas que, por el momento, puedan explicar este fenómeno.
Mundos hundidos.
Por ejemplo, una de las zonas recién descubiertas está bajo el Pacífico occidental, pero no debería existir en ese sector material de placas subducidas, ya que son regiones con una historia geológica reciente. Estos “mundos perdidos o hundidos” suponen un gran desafío para la ciencia. “Con el nuevo modelo de alta resolución podemos ver las anomalías en todas partes en el manto de la Tierra, pero no sabemos exactamente qué son o qué material está creando los patrones que hemos descubierto”, indicó en el comunicado el científico Thomas Schouten, uno de los autores de la investigación.
Aunque el misterio podrá resolverse únicamente con el desarrollo de nuevos modelos de estudio, los investigadores ya tienen algunas hipótesis: podría tratarse de un material antiguo rico en sílice que ha estado en esos lugares desde la formación del manto hace unos 4 mil millones de años, sobreviviendo a pesar de los movimientos convectivos, o de áreas donde las rocas ricas en hierro se han acumulado como consecuencia de los movimientos del manto a lo largo de miles de millones de años.
Por: Pablo Javier Piacente /T21.
Sitio Fuente: Levante / Tendencias21