Con ecotecnología consolidan humedal en la ENCiT

CIENCIAS DE LA TIERRA.-

- Isabel Mejía Luna señaló que este ecosistema cuenta con una estructura de viabilidad de la vegetación que ahí se reproduce para procesos de biorremediación.

Un grupo de estudiantes de la Escuela Nacional de Ciencias de la Tierra (ENCiT), en colaboración con sus pares de las facultades de Ingeniería y de Estudios Superiores (FES) Aragón, de la UNAM, coordinados por la profesora Isabel Mejía Luna, dan mantenimiento al humedal artificial para el tratamiento de aguas residuales que se generan en ese espacio educativo y que han contribuido a la consolidación de este ecosistema.

Ellas y ellos son: Diego Valdés Reyes, Isabel Moreno Perdomo, Erick Román Vázquez y Aurora Ortega Hernández, estudiantes de la ENCiT, así como Meztli Yoalli Morán Rodríguez y Benjamín Nájera Perdomo, de las facultades de Ingeniería y de la FES Aragón, respectivamente. Participan en las tareas de divulgación del humedal, en la vigilancia de su funcionamiento, mantenimiento y adición de nuevos dispositivos para su monitoreo.

La bióloga universitaria explicó que este sistema, edificado con el apoyo también de estudiantes de la primera generación de la ENCiT, tiene capacidad de recuperar aguas de origen hidrosanitario. La Escuela cuenta con 12 baños distribuidos en los tres niveles del edificio escolar, de ellos se recolectan 400 litros de agua de descarga por día de los cuales se recuperan de 270 a 300 litros, aptos inicialmente para el riego de áreas verdes. Por la calidad del agua tratada también podrían utilizarse para hortalizas.

Lo anterior implica que “nuestro humedal está consolidado, ha dejado de ser un pilotaje, pues ya contamos con una estructura de viabilidad de la vegetación que ahí se reproduce para procesos de biorremediación”, comentó.

De acuerdo con Isabel Mejía, académica de la ENCiT, un humedal artificial es un sistema elaborado por el ser humano para replicar las funciones y características de las estructuras naturales. Se utilizan para tratar aguas residuales, mejorar la calidad del recurso hídrico, controlar la erosión y brindar hábitats para la fauna y flora, entre otros propósitos de conservación ambiental.

Están catalogados directamente en el sistema internacional como ecosistemas viables para recuperación de agua o sistemas saludables. Sus principales funciones son de tipo ecosistémico, es decir, conservar la biodiversidad de un lugar, mantener ciertas condiciones de vegetación y flora, así como fauna propia del área en que está inserto, manifestó la universitaria.

Recordó que el de la ENCiT se inició en 2022 con fines educativos; la recuperación del agua fue un aspecto secundario. Sin embargo, después de dos años este objetivo es el principal. Nos interesa recuperar el vital líquido de calidad y por eso la divulgación de la ciencia a través de esta estructura es importante.

En la edificación se empleó vegetación acuática para descomponer y filtrar físicamente contaminantes, mejorando la calidad del recurso natural antes de su liberación. Está dentro de la NOM-003-ECOL-1997 de la SEMARNAT (que establece los límites máximos permisibles de contaminantes para las aguas residuales tratadas que se reúsen en servicios al público).

Se encuentra establecido en un área pequeña de 20 metros cuadrados y ha dado pauta para que otras entidades de la UNAM se interesen en replicarlos.

Ejemplo de ello son las facultades de Química y de Ciencias Políticas y Sociales que, junto con el de la ENCiT, constituyen tres humedales en funcionamiento. El Colegio de Ciencias y Humanidades Sur también está a favor de establecer uno de este tipo.

Isabel Mejía, también especialista en farmacología clínica, dijo que la elaboración de este humedal inició casi a la par de la inauguración de la ENCiT, por lo cual las instalaciones son nuevas y no hay descarga de metales pesados, como cobre o plomo. “Tenemos laboratorios, pero contamos con procesos que reducen el manejo de sustancias químicas o química verde”.

Afirmó que su estructura facilita la captación de aguas hidrosanitarias que provienen de los tres baños de la Escuela y que pasan por un proceso de sedimentación de partículas suspendidas y sólidas; tal vez lleguen a depositarse algunos organismos parasitarios: huevecillos y larvas.

De ahí pasa a un biodigestor en el que se realiza una etapa de lodos depurados para luego iniciar el bombeo de un determinado volumen de agua cada tres horas, misma que finalmente llega al cuerpo del humedal. Por las características de caída de agua superficial horizontal y vertical -para pasar por otros medios que sedimentan y la filtran con ayuda de plantas específicas- lo hacen un humedal artificial mixto.

Las especies de plantas que se desarrollan son: Myriophillium (cola de sirena); Hydrocotyle leucocephala (sombrerillo); Schoenoplectus americanus (junco); Typha latifolia (espadaña, totora) y Phragmites australis (carrizos) que contribuyen a la remoción de algunos contaminantes y a la reducción de compuestos nitrogenados. En el cuerpo de agua hay otro grupo de plantas y lirios acuáticos superficiales, que son los últimos en reabsorber nitratos y nitritos.

El recurso hídrico pasa a un lugar de almacenamiento de aguas tratadas misma que, finalmente, utilizamos en las áreas verdes, precisó la profesora de la ENCiT, quien imparte las asignaturas Química, Química Orgánica y Fisicoquímica.

Detalló que desde la primera caída el líquido es monitoreado, “aplicamos las pruebas correspondientes y encontramos que están como lo establece la norma oficial de la Semarnat, por lo que ya puedo decir que mi agua está dentro de esos límites aceptables; además de las pruebas microbiológicas que realizan los estudiantes”.

Sitio Fuente: Boletín UNAM-DGCS-945