Cómo conseguir y crear un proyecto científico: desde la idea hasta la financiación
CIENCIAS.
Una de las frases más repetidas en el mundo de la ciencia es aquella atribuida a Isaac Newton: “Caminamos sobre hombros de gigantes”. El físico inglés hacía referencia a que cada avance de la ciencia se hace con base en el trabajo que otros hicieron anteriormente.
Este es un ciclo que se renueva continuamente: los nuevos investigadores serán esos ‘gigantes’ sobre los que se apoyarán en las futuras décadas, quienes ahora son unos recién nacidos. Pero, para eso, hay que vencer uno de los más graves escollos del sector en la actualidad: conseguir financiación y sacar adelante un proyecto científico.
La delicada situación de la universidad y la falta de recursos propios hace que muchos investigadores dejen de lado ideas brillantes que podrían resultar muy útiles para la sociedad por un único motivo: la falta de dinero para iniciar la investigación.
Experimentar, crear prototipos, montar una propuesta de construcción en cadena… Todas estas labores, vinculadas a la mayor parte de los proyectos de ciencia, necesitan de tiempo y dedicación exclusiva. Y ninguno de estos dos ingredientes es posible si no se tiene un colchón económico suficiente como para dar estos primeros pasos.
¿Cómo conseguir y crear un proyecto científico, entonces? Afortunadamente, hoy en día existen vías alternativas para centrarse en la investigación y poder aportar algo a la sociedad desde el punto de vista de la ciencia.
El desarrollo de un proyecto científico: la idea.
Tener una idea solvente y con posibilidades de funcionar es la clave y lo primero que hay que tener si alguien quiere plantearse la investigación como un horizonte a medio plazo.
Muchos son los campos donde hoy la ciencia está siendo absolutamente relevante para la modernización, la reducción del impacto ecológico, la mejora de la seguridad o el abaratamiento de los costes de producción.
Desde la robótica hasta la agricultura, pasando por la medicina, las inteligencias artificiales o la psicología… Cualquier profesional de estos campos puede ponerse manos a la obra si tiene una idea desarrollada y basada en unos pilares fuertes. De nuevo, caminar sobre hombros de gigantes es clave en esta primera etapa.
La búsqueda de financiación.
Obviamente, el dinero es un activo importante para dar luz verde a la investigación. ¿Qué opciones tienen quienes hoy quieren desarrollar un proyecto científico sin el apoyo de la universidad u otros organismos públicos?
La respuesta está en los bancos: estas empresas no solo ofrecen hipotecas y préstamos personales para comprar un coche. En la mayor parte de los casos, las entidades financieras también trabajan bajo un fuerte compromiso de mejora de la sociedad y, por tanto, se sensibilizan con los proyectos de investigación que caminan en esa línea.
¿Qué quiere decir esto? Que conseguir financiación suficiente por parte de un banco no es algo imposible, sino algo bastante asequible. En este caso, los bancos estudian las propuestas de financiación para proyectos de investigación, como si se tratara de empresas que necesitan dinero para expandirse o realizar inversiones de mejora.
Por eso, cuentan con una serie de productos de préstamo que permiten personalizar de una manera muy completa las condiciones de devolución, los plazos, el interés y otra serie de variables que pueden hacer que el acceso a la financiación sea bastante alcanzable.
Además, algunas entidades se encuentran trabajando para ofrecer líneas ICO para la transición verde y para el impulso al crecimiento y la digitalización de empresas y emprendedores.
En ese marco es muy fácil insertar cualquier proyecto científico y no andar dependiendo de que una universidad se fije en él o que una empresa privada quiera apostar por algo que dará sus frutos a medio plazo.
Los campos 'menos científicos' también cuentan.
En ocasiones, existe por parte de la sociedad un desconocimiento muy grande sobre la importancia de la investigación en sectores como el de la agricultura.
Sin embargo, lo cierto es que arquitectos, ingenieros y científicos de todo tipo trabajan día a día en los cultivos para cuestiones tan variadas como optimizar la recogida de fruta, controlar de una manera más orgánica las plagas o, simplemente, reducir el gasto de agua.
De hecho, son muchos los profesionales del sector que solicitan préstamos agrícolas para invertir en explotaciones de frutas y verduras o en empresas de ganadería y poder implementar estos ensayos de mejora.
Estos préstamos, de nuevo, pueden personalizarse y adaptarse a las necesidades de cada profesional. Y todo esto sin que suponga un quebradero de cabeza: todas las órdenes de pago, solicitudes, etc. pueden hacerse con cuentas para empresas como esta.
Además, conscientes de lo que cuesta emprender e innovar en este campo, las entidades bancarias ofrecen ventajas como la devolución de la comisión de apertura si se domicilian ayudas como la PAC.
Ofrecer resultados del proyecto.
La combinación de una buena idea, un plan detallado de ejecución y una financiación suficiente, son muchos los investigadores que ya han podido dar el paso y sacar adelante proyectos innovadores.
Una vez que el proyecto ha dado sus primeros resultados, los científicos o emprendedores del mismo pueden iniciar una segunda fase llamada recapitalización.
En este punto, con un prototipo o una experiencia piloto que ha dado resultados, es mucho más sencillo obtener otro tipo de financiaciones, ayudas europeas o cualquier otro tipo de inyección económica.
Con ella se puede devolver parte de ese préstamo inicial necesario para comenzar la investigación y, además, plantear una segunda etapa del desarrollo del mismo, como puede ser la expansión, la producción en serie o la preparación del producto o servicio para su salida al mercado.
Así, cada vez son más los proyectos científicos de campos muy variados que se convierten en realidad gracias al apoyo de entidades bancarias que, sensibilizadas con las dificultades que estos profesionales se encuentran para llevar adelante sus ideas, ofrecen líneas de financiación muy interesantes y adaptadas a su realidad.
Sitio Fuente: NCYT de Amazings