¿Quién es el joven misterioso que aparece en casi todas las pinturas de Caravaggio?

HISTORIA DEL ARTE.-

A veces como Baco, el dios del vino; en otras ocasiones, como pordiosero: el mismo joven aparece en varias pinturas de Caravaggio. Ésta es la razón.

Bacchus (1598), de Caravaggio / Wikimedia Commons.

A veces como dios. Otras, como sirviente. Algunas más, sencillamente como un personaje secundario, que se podría perder entre la multitud de personas en el cuadro. A lo largo de su vida, el pintor barroco Caravaggio representó a un joven de rizos apretados, labios carnosos y manos finas. Por décadas, su identidad ha sido ampliamente debatida. Más que nada, por la consistencia y versatilidad con la que esta persona apareció en sus obras. Ésta es su historia.-

Entre la mendicidad y el mecenazgo.

Decapitación de San Juan (1608), de Caravaggio / Wikimedia Commons.

La familia de Michelangelo Merisi era oriunda de un pueblo lombardo al norte de Italia, cerca de Milán. Conocido como ‘Caravaggio’, adoptó el nombre de su ciudad natal como pseudónimo. Como su padre fue administrador de los Sforza, un grupo con amplio poder político en la época, el pintor siempre estuvo cerca de los mecenas más generosos del país. Lo que es más: su madre venía de un seno acomodado al norte del país.

Sin embargo, lo que realmente le hizo destacar entre los demás artistas de renombre fue su actitud rebelde. A pesar de que venía de una casa acomodada, despreció a sus maestros y decidió ganarse la vida por su cuenta. Nunca se acomodó bajo el mandato de otros artistas —o talleres— consagrados de la época. Aunque tenía encargos constantes, nunca se distinguió por ser un buen administrador: siempre estaba corto de dinero y, en más de una ocasión, se le vio mendigando en las calles.

En la Italia del siglo XVI, esto implicó un contacto constante con prostitutas, mendigos y otros perfiles del bajo mundo. Entre las salas ostentosas de sus mecenas y las tabernas más baratas de Milán, se le encontró varias veces buscando inspiración entre la decadencia marginal de la periferia. Caravaggio fue un hombre de contrastes: entre la mendicidad y el mecenazgo de las familias más poderosas de Italia, encontró el drama que necesitaba para desarrollar su propia escuela artística.-

Para ello, también, necesitó un modelo.

Dinamismo y drama.

David y Goliat (c. 1600), de Caravaggio / Wikimedia Commons.

Caravaggio se dedicó durante décadas al desarrollo de una técnica basada en un contraste de sombras y luces. Esto le permitió jugar con el dinamismo de las telas y los músculos en el cuerpo humano. De la misma manera, la dureza con la que la luz impacta las superficies añade un nivel narrativo adicional, que no se había empleado hasta entonces.

Inspirado en la corriente naturalista, venida del Renacimiento, mitología griega. Esto le permitió, también, explorar cada recoveco del cuerpo humano, plasmado en óleo sobre lienzo.

La tridimensionalidad, el movimiento y la estética de lo grotesco están presentes en sus pinturas —incluso, las relativas a santos y pasajes bíblicos. Por ello, también, parece que algunos de sus personajes “se salen” del cuadro. En varias de ellas, Caravaggio empleó a un mismo joven como modelo.

Dioses, pordioseros y otros personajes.

A veces como Baco, el dios del vino; en otras ocasiones, como pordiosero. Sin embargo, el rostro es indiscutiblemente el mismo. Un muchacho de facciones finas, manos delicadas y labios carnosos le devuelve la mirada al espectador en las pinturas de Caravaggio. Dada la vida de excesos y licencias que se permitió el artista, algunos historiadores sugieren que se trató de alguno de sus amantes.

Por otra parte, cabe la posibilidad de que se trate de alguno de sus ayudantes en el estudio. Esta suposición se contrapone a la vida itinerante que tuvo Caravaggio desde joven: con severos problemas de autoridad, le costó trabajo mantenerse bajo el mecenazgo de un mismo patrón. Aunque esto es cierto, este aprendiz pudo haberle seguido de encargo en encargo.

Sea como fuere, este muchacho italiano es un motivo constante en las pinturas de Caravaggio. A pesar de su corta edad, sirvió como modelo para representar la decadencia del cuerpo humano, al mismo tiempo que se le representó en todo el vigor de la juventud. Otros autores piensan que se trata más bien de autorretratos de Caravaggio cuando era joven: al final, a falta de recursos, su mejor modelo pudo haber sido él mismo.

Por Andrea Fischer.

Sitio Fuente: Nacional Geographic en Español