El misterio de Afragola: la ‘Pompeya Prehistórica’ que el Vesubio sepultó hace 4,000 años
ANTROPOLOGÍA E HISTORIA / ARQUEOLOGÍA.
Metros de ceniza, fango y sedimento recubrieron por milenios a Afragola, el asentamiento de la Edad de Bronce que el Vesubio devastó.
Amanecer sobre el majestuoso volcán Monte Vesubio y el Golfo de Nápoles en verano, vista aérea, Nápoles, Campania, Italia / Getty Images
Pompeya no fue la única ciudad que el Vesubio cubrió de material incandescente. Hace más de 4 mil años, el volcán inundó con gases tóxicos y fango uno de los primeros asentamientos de Nápoles, al sur de la actual Italia. Bajo un manto denso de cenizas, fango y sedimentos afluviales, la ciudad prehistórica de Afragola sucumbió bajo una erupción violenta del coloso enfurecido.
No se tenía registro de este asentamiento hasta hace relativamente poco tiempo. Sin embargo, un equipo internacional de investigadores realizó un estudio arqueobotánico en el que se analizaron restos biológicos en el yacimiento. Esto fue lo que encontraron.
Una catástrofe ‘por etapas’.
Vista panorámica de Nápoles, con el Vesubio de fondo / Getty Images.
Al ser uno de los yacimientos arqueológicos más estudiados de Italia, con al menos 5 mil metros cuadrados de superficie, equipo le interesaba recuperar la fecha exacta en la que la ciudad prehistórica sucumbió. A partir de las evidencias biológicas, se estima que la erupción del Vesubio que acabó con Afragola sucedió durante la Edad de Bronce, según los investigadores. Específicamente, en otoño.
La investigación reveló que la erupción volcánica sucedió en varias fases. La primera de ellas fue «una explosión dramática», según la describen para Journal of Archaeological Science: Reports, que expulsó escombros hacia el noreste:
«Durante la fase freomagmática de la erupción una ola de lodo penetró lentamente en las estructuras sepultando su contenido», explican los científicos en el estudio. «La solidificación del barro (cinerita) creó posteriormente moldes de todo el pueblo y el paisaje vecino».
En aquel entonces, el navegante Plinio decidió acudir al sitio después de la catástrofe para ver si había sobrevivientes. Juntó a una flota entera de trabajadores para buscar señales de vida en la ciudad, recientemente destruida. Muchos de ellos murieron en el intento, pero su crónica quedó registrada en los anales romanos.
Se sabe poco más de la antigua ciudad de Afragola. Al respecto, Tiziana Matarazzo, del Departamento de Antropología de UConn, asegura que los restos encontrados en Afragola arrojan luz sobre la forma de vida de la civilización que habitó la zona milenios atrás. «Al encontrar frutas y materiales agrícolas, pudimos identificar la temporada de la erupción, lo que generalmente es imposible”, concluye la especialista.
Por: Andrea Fischer.
Sitio Fuente: National Geographic en Español