La actividad actual del Popocatépetl: certidumbres e incertidumbres

C. PURAS / FÍSICA / MATEMÁTICAS.

Por: Dr. Alfredo Sandoval Villalbazo, académico del Departamento de Física y Matemáticas de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

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"Don Goyo" (Foto http://images.summitpost.org)

Comienza agosto de 2016 con imágenes de actividad notoria de “Don Goyo”. El Popocatépetl nuevamente ha cubierto de ceniza a varias alcaldías de la Ciudad de México y trastocado durante algunas horas actividades en regiones rurales y urbanas de Puebla, Morelos y el Estado de México.

La cercanía de un volcán activo a regiones densamente pobladas invita a reflexionar sobre la naturaleza del fenómeno y sobre las probabilidades de escenarios de riesgo derivados de esta situación geográfica.

De acuerdo a los datos geológicos, este legendario personaje mexicano tiene cerca de cinco millones de años de existencia y la ciencia contemporánea hace posible inferir rasgos importantes sobre su historial, siendo capaz de monitorear su actividad actual con gran detalle.

Existen semejanzas y diferencias importantes entre catástrofes naturales como los terremotos, los huracanes y las erupciones volcánicas. En todos estos fenómenos hay elementos de impredictibilidad: no se puede anticipar el momento exacto en el que ocurrirá un movimiento telúrico, se formará una tormenta atmosférica o hará erupción un volcán.

Asimismo, en los tres casos existen procedimientos de mediciones de alta precisión, útiles para declarar estados de alerta de manera oportuna. A pesar de ello, los tiempos con los que las poblaciones deben responder corresponden a muy diferentes escalas.  Por ejemplo, la capacidad de reacción  ante una alarma sísmica para la Ciudad de México debe ser del orden de 50 segundos, mientras que una población costera puede contar con al menos un par de días emprendiendo  acciones para atemperar las consecuencias de un huracán.

El caso de los volcanes es un poco más complicado. En los temblores convencionales dos placas tectónicas de gran tamaño chocan y generan una onda sísmica que se propaga a través del subsuelo; en los volcanes el transporte de fluidos muy calientes como el magma (y gases que contienen mezclas de diversos gases) colisionan con cámaras internas, generando temblores volcánicos o tremores.

Estos tremores pueden ser detectados con sismógrafos de alta sensibilidad y son indicativos de posibles erupciones, con una anticipación mucho mayor a la que se tendría por el simple monitoreo visual.

Este sistema se complementa con el monitoreo geodésico (pie de página 1), el cual detecta posibles “regiones infladas” debidas a aumentos de presión interna. Una analogía simple de esta técnica corresponde a lo que ocurre con las latas cilíndricas de papas fritas que se encuentran en los supermercados, en las cuales la superficie sellada en la parte superior se abomba ligeramente por la presión ejercida por el sistema gaseoso interno.  De la misma manera, las deformaciones en la superficie del volcán también pueden ser detectadas y ser utilizadas como indicador de aumento de la actividad.

Los sistemas de monitoreo mencionados permiten establecer tiempos de respuesta holgados en caso de eventos volcánicos de gran alcance, los cuales a pesar de ser muy poco frecuentes  no son imposibles.

Don Goyo ha estado activo más de medio millón de años y ha registrado al menos tres erupciones de enormes proporciones (pie de página 2).  Este tipo de evento causaría  un daño de muchísima mayor magnitud que las emisiones de ceniza registradas en esta década (compare el lector algunos estornudos contra una fuerte neumonía).  Aún en este improbable caso, los sistemas de monitoreo mencionados permitirían lograr la ejecución de acciones de prevención eficientes que evitarían efectos catastróficos para la población circundante al gran coloso.

1 Información adicional sobre los sistemas de monitoreo del Popocatépetl puede encontrarse en la dirección electrónica: http://www.cenapred.unam.mx:8080/monitoreoPopocatepetl/

2  Es posible consultar la historia geológica del Popocatépetl en: Espinasa-Pereña, R., and Martín-Del Pozzo, A.L., 2006, Morphostratigraphic evolution of Popocatépetl volcano, México, in Siebe, C., Macías, J.L., and Aguirre-Díaz, G.J., eds., Neogene-Quaternary continental margin volcanism: A perspective from Mexico: Geological Society of America Special Paper 402, p. 101–123

Sitio Fuente: IBERO