¿Peligro de propagación de Rabia Humana?

MEDICINA VETERINARIA Y ZOOTECNIA / EPIDEMIOLOGÍA.-

Un brote reciente alerta a las autoridades sanitarias en México.

En 2019 la Organización Mundial de la Salud (OMS) le otorgó a México la validación “libre de rabia humana transmitida por perros”, siendo el primer país en el mundo en recibir dicha distinción, ya que desde 2005 no había registrado un caso.

Sin embargo, el pasado 24 de enero del 2023, la Secretaría de Salud emitió un aviso epidemiológico en el que establece cómo operar ante posibles casos, todo con base en recomendaciones de la OMS. Esto debido a la detección de la  enfermedad en tres estados del país:

El caso de un perro en Sonora.  Se confirma que no estaba vacunado y fue agredido por un animal silvestre, un zorro gris, quien lo infectó. Se da seguimiento a nueve personas que tuvieron contacto de riesgo con él.

El contagio confirmado en Nayarit, derivado de la agresión a una persona por un gato sin antecedente de vacunación. Se cree que un murciélago se la transmitió.

La notificación de dos casos confirmados (uno por laboratorio y otro por asociación epidemiológica), y uno probable, seguida de tres sospechosos más en enero de 2023 por agresión de murciélago en el estado de Oaxaca.

La OMS mantiene a la rabia en la lista de enfermedades prioritarias a erradicar, debido a que es mortal en prácticamente el 100 % de los casos. El virus se encuentra en casi todos los continentes (excepto en la Antártida). Cada año ocasiona más de 60 mil defunciones a nivel mundial, concentradas principalmente en Asia y África.

En el sitio Nuestro mundo en datos se puede constatar la disminución del número de muertes por rabia en el mundo hasta el año 2019.

Falta actualizar los cambios luego de la disminución de vacunación a perros ocasionada por la pandemia de la COVID-19. Mientras tanto, este 2023 la OMS reportó que la estrategia de financiar la ampliación de la profilaxis postexposición quedó en suspenso por la pandemia

Causada por un virus.

 “La rabia es una enfermedad que afecta a prácticamente todos los mamíferos. Es causada por un virus zoonótico, es decir, que se transmite de un animal infectado a los humanos. Se divide en silvestre, por contagiarse entre animales como ratas, ardillas, mapaches, zorros, zorrillos, coyotes y algunas especies de murciélagos; y en urbana cuando se da en perros y gatos”, explica el maestro Francisco Monroy López, académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM.

Esta infección ataca el sistema nervioso central, causa dolor corporal, fiebre, confusión mental, dificultad para deglutir por lo que se produce el característico exceso de salivación, avanza hasta parálisis cerebral y casi siempre la víctima muere por paro cardiorrespiratorio, luego de aproximadamente 10 días desde que aparecen los signos.

La exposición/transmisión puede ser por contaminación con la saliva infectada en raspones, heridas abiertas o membranas mucosas, pero la más común es por mordedura.

“El periodo de incubación del virus de la rabia en el sistema nervioso es muy variable, depende en qué parte fue el contacto, a qué profundidad fue la mordida, cuántos virus se inocularon; pero puede ir desde unos días hasta 6 meses.

Por ejemplo, en los casos de los tres niños agredidos en Oaxaca por el murciélago, dos fallecieron porque los mordió cerca de la cara y el cuello, en zonas con muchas terminaciones nerviosas y donde es muy probable que rápidamente entre en contacto con el sistema nervioso; en cambio, la hermana que sobrevivió, fue porque la mordió en la parte baja de la espalda donde casi no hay nervios.

Problema adicional fue que no recibieron la atención adecuada de forma oportuna en la que se les aplicara el protocolo; un mes después fue mucho tiempo”, lamentó el epidemiólogo.

Destacó que lo más importante, luego de la mordedura del animal, es que inmediatamente debe lavarse la herida con jabón y agua a chorro en abundancia, pues esto reduce la carga viral hasta en un 99%, luego se debe acudir a un Centro de Salud y exponer el caso.

“Cuando algún animal muerde a una persona y huye, es decir, no se puede vigilar su comportamiento en los siguientes días, o cuando el animal que atacó  muestra signos de la enfermedad, se debe aplicar el tratamiento que incluye un suero hiperinmune (del que se destina la mitad directo en la herida y la otra mitad vía intramuscular) y luego de tres a cinco vacunas antirrábicas, lo que llaman profilaxis post exposición.”

Si el animal tiene propietario que acredite que está vacunado en el último año, el riesgo baja considerablemente, pero debe permanecer en vigilancia al menos los siguientes diez días para valorar que efectivamente no muestra signos de la enfermedad. En este caso, el dueño recibe una sanción administrativa, aclara Monroy López.

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Prevención para erradicarla.

La principal fuente de contagio de la rabia a los humanos, más del 90%, es por mordedura de perro. De ahí que la meta siempre se concentre en la vacunación a los canes.

En México, desde el año 1995 se estableció como prioridad la inmunización a perros y gatos y así prevenir que se infecten y puedan transmitirla al humano. Desde entonces, las campañas masivas gratuitas por parte del gobierno han ayudado al control en México.

El maestro Francisco Monroy, experto en salud pública y rabia, nos recuerda que las campañas oficiales contemplan dos periodos de vacunación en marzo y septiembre, aunque en los centros de control canino y antirrábico  es permanente y gratuita todo el año.

Alertó sobre la charlatanería en la aplicación. Para poder diferenciarla, recomienda preguntar en la jurisdicción sanitaria de cada alcaldía o municipio si es cierto que hay campaña y también exigir identificación oficial a quienes se presentan por las calles ofreciendo la inmunización.

Otro problema, según el especialista, es que desde el año 2019 los presupuestos de las campañas informativas y de los programas masivos para vacunar se han reducido, por lo que las coberturas apenas llegan al 80%.

“Tristemente esos baches, esos vacíos se convierten en brotes y ahora se reflejan en casos como los que vimos”.

El acceso a las vacunas para perros y gatos también puede hacerse de manera privada, en consultorios de médicos veterinarios particulares. La Norma Oficial Mexicana (NOM-011-SSA-2011) indica que el biológico se les debe aplicar en los tres primeros meses de vida, poner refuerzo a los pocos meses y luego cada año. Es importante poner cada año y no sólo una vez en la vida.

En cuanto a los animales silvestres, el maestro explicó que es difícil utilizar esta estrategia porque implican labores de captura, manejo, mucha logística para monitorear a los que ya fueron protegidos y revacunar cada año. Lo mejor es mantenernos alejados de sus hábitats.

En las zonas de alto riesgo, las medidas de protección deben atender a la población vulnerable y al ganado para que no sea atacado por murciélagos.

Otro problema en el país es que falta aumentar las brigadas de información y atención médica en zonas alejadas para que se pueda acudir oportunamente.

Abandono de animales.

De acuerdo al último censo del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), México ocupa el primer lugar con más perros callejeros en toda América Latina, se calcula que del total en el país, el 70% se encuentra en las calles. Además ocupa el tercer puesto en maltrato animal (incluye que no accedan a medicina preventiva como las vacunas).

A lo que se suma el abandono de animales de compañía. La pandemia de covid-19 agravó el problema, al menos 137,000 animales de compañía fueron abandonados solo en el 2020.

La sobrepoblación canina en las calles puede convertirse en un problema de salud pública importante, aumenta la probabilidad de ataques a personas y de transmisión enfermedades.

¿Qué podemos hacer para cambiar esta situación? El maestro Francisco Monroy responde:

“Vacunar, por lo menos, contra la rabia, pero no olvidemos que la medicina preventiva de nuestras mascotas es para que puedan vivir más, con calidad y también nos mantiene sanos a quienes los rodeamos, porque no es la única infección o enfermedad que nos pueden transmitir. Para reducir la población canina, la esterilización es la mejor solución a largo plazo.”

Por: Liliana Morán Rodríguez.

Sitio Fuente: Ciencia UNAM