Hormigón cósmico

ASTRONÁUTICA.-

Construir infraestructuras fuera de la Tierra es actualmente muy difícil y carísimo. Para que la situación cambie, será imprescindible que la construcción fuera de la Tierra se base en materiales sencillos y fácilmente accesibles para los astronautas allá donde estén.

Un bloque del nuevo hormigón cósmico. (Foto: Aled Roberts)

Aled Roberts y Nigel Scrutton, de la Universidad de Manchester en el Reino Unido, han ideado un hormigón especial que podría ser la solución. Pensando en el futuro uso del material en Marte, estos químicos han empleado un sucedáneo de tierra marciana mezclado con fécula de patata y una pizca de sal para crear el material, que es el doble de robusto que el hormigón ordinario y que está perfectamente adaptado para emplearse en la construcción fuera de la Tierra.

Roberts y Scrutton han demostrado que la fécula de patata ordinaria puede actuar como aglutinante cuando se mezcla con polvo (simulado) de Marte para producir un material similar al hormigón común. Cuando se probó, este material, al que han dado el nombre de StarCrete, tenía una resistencia a la compresión de 72 megapascales (MPa), es decir, más del doble que los 32 MPa del hormigón ordinario. El StarCrete fabricado con polvo lunar era aún más resistente, con más de 91 MPa.

Estos avances recientes mejoran la versión anterior del material ideada por el mismo equipo, que requería sangre y orina de los astronautas como aglutinante. Aunque el material resultante tenía una resistencia a la compresión de unos 40 MPa, mejor que el hormigón normal, el proceso tenía el inconveniente de necesitar sangre con regularidad. Cuando se trabaja en un entorno tan hostil como el espacio, esta opción es sin duda mucho menos recomendable que el uso de fécula de patata.

Recurrir a la fécula de patata fuera de la Tierra está justificado por los planes existentes de producción fuera de la Tierra como alimento para astronautas.

Roberts y Scrutton calculan que un saco de 25 kilogramos de patatas deshidratadas contiene fécula suficiente para producir casi media tonelada de StarCrete. Además, descubrieron que una sal común, obtenible de la superficie marciana o de las lágrimas de los astronautas, mejoraba significativamente la resistencia de StarCrete.

Roberts y Scrutton exponen los detalles técnicos de su nueva clase de hormigón en la revista académica Open Engineering, bajo el título “StarCrete: A starch-based biocomposite for off-world construction”.

Por: Redacción.

Sitio Fuente: NCYT de Amazings