10 características de las personas empáticas

DESARROLLO PERSONAL Y PROFESIONAL.

Ponerse en el lugar de la otra persona. A veces, sentir que las emociones son abrumadoras. Estas son algunas de las ideas que se suelen asociar a las personas empáticas.

Pero, ¿cómo se pueden identificar de manera más exacta y cómo esta manera de ser puede resultar positiva en el entorno laboral? ¿Cuándo, por el contrario, puede convertirse en un problema? Sigue leyendo para saber más.

¿Qué relación existe entre el movimiento conocido como la “Gran Renuncia” y la empatía? Si no has oído hablar nunca de ello, te aclaramos la duda: la Gran Renuncia hace referencia a una tendencia de abandonar el puesto de trabajo para buscar una mejor calidad de la vida, algo que se acentuó tras los hechos de 2020 que todos conocemos. La empatía por parte de las personas con cargos de responsabilidad en las organizaciones puede revertir esta tendencia. Y no solo eso: la empatía es una soft skill, o habilidad blanda, cada vez más necesaria para navegar en el mercado laboral. Sigue leyendo para saber más:

Retrato de una persona sensible en 10 pinceladas.

- La sensibilidad: La realidad que la rodea y las personas con quienes interactúa jamás dejan indiferente a una persona empática. La parte positiva que resulta de esta manera de estar en el mundo es la capacidad de ponerse en el lugar del otro; la negativa, que en ocasiones se puede tomar mal las críticas.

- Tiene los sentidos afinados: Es una característica que complementa a la anterior. Es posible, por ejemplo, que la persona empática que escucha a alguien que hable fuerte acabe exhausta tanto por la conexión generada como por el tono de su voz.

- “Hace cinco minutos estaba bien”: Si una imagen la conmueve profundamente, aunque no pueda hacer nada al respecto, una persona empática puede quedar afectada durante un tiempo, incluso si hace cinco minutos estaba bien.

- Una persona empática es una “esponja”: Deberíamos matizar que puede ser una esponja si no aprende a poner límites a su alrededor. Si otras personas están en una espiral tóxica, por ejemplo, la persona empática puede llegar a agotarse.

- La intuición, su aliada: Cuando la persona empática aprende a poner límites a su alrededor, de manera intuitiva busca rodearse de personas positivas. De este modo, se aleja de situaciones cargadas de negatividad, así como de quienes las generan.

- Potencial presa para los “vampiros energéticos”: Si te gusta la serie Lo que hacemos en las sombras, seguramente pensarás en Colin Robinson. Y es que este término, tan conocido por todos, define a quienes drenan la energía de los demás. Mejor alejarse.

- Empática e introvertida: Son características que suelen ir a la par. Es habitual que se dé esta tendencia en alguien empático, ya que los eventos multitudinarios se pueden convertir en un huracán de emociones.

- Necesita tiempo para sí misma: Como todo el mundo. En este caso, un meme puede valer más que mil palabras, como este que presenta una agenda llena para un día, entre prepararse para una llamada que dura una hora, y recuperarse después durante toda la tarde.

- Las relaciones íntimas, un terreno de arenas movedizas: De nuevo, ¿a quién no le ocurre? Pero para una persona empática, el conflicto radica en el temor a verse arrastrada por las emociones de la otra persona y que su identidad se difumine.

- Una rutina a medida: La persona empática puede verse drenada por las exigencias de una rutina de oficina o de estudio. Los ambientes naturales suelen ser balsámicos para ella. ¿Y para quién no? Esta última característica nos lleva al siguiente apartado.

La empatía para mejorar el espacio de trabajo.

Recuperando la idea de revertir la Gran Renuncia con empatía que apuntábamos al inicio de este artículo, nos remitimos a la fuente: este artículo de Marcy Klipfel, Chief Engagement Officer en Businessolver, publicado en la revista Forbes. Klipfel apunta que la máxima preocupación de los trabajadores relativa a la presencialidad es el equilibrio entre su vida y el trabajo, siguiendo las conclusiones de un estudio llevado a cabo por su compañía.  

Marcy Klipfel apunta como solución principal que las personas en puestos de responsabilidad sean empáticas y se inspiren en estas premisas:

- El retorno a la presencialidad no equivale a que todo sea igual que antes: Una persona que lidere de manera empática entenderá que la flexibilidad es el mayor beneficio, en general, para quienes trabajen en una organización o empresa. Adaptar esta dinámica potenciará la retención de talento.

- Managers como impulsores de la empatía: Este punto refuerza la idea que cerraba el punto anterior, relacionada con la retención del talento y, por lo tanto, con la capacidad de innovar en las compañías. Y esto pasa por trabajar la empatía en el día a día, en especial por parte de las personas que son responsables directamente de los equipos.

- Hacer que los desplazamientos valgan la pena: El encarecimiento de los combustibles y las horas puntas en el transporte público son pistas para valorar las ventajas de jornadas de trabajo a distancia.

- Priorizar a las personas, no al lugar: Confiar en que cada persona se puede organizar para llevar a cabo su trabajo es clave para que las relaciones laborales se mantengan en el tiempo.

Las personas empáticas generan una sensación de proximidad y confianza. Desde cualquier punto de vista ayudan a crecer y mejorar al individuo que tienen al lado. Y esto también ocurre en el campo laboral. La empatía en el trabajo garantiza un buen ambiente, fundamental para lograr los resultados que se anhelan.

Sitio Fuente: Universia México