Ajolote: ¿Qué es y dónde vive este pequeño animal?
CIENCIAS DE LA VIDA / VIDA ACUÁTICA.
Una leyenda mexica habla sobre cómo el dios Xólotl dio origen al ajolote, uno de los animales más representativos de la cultura mexicana.
Ajolote en reserva. Getty Images
La biodiversidad mexicana tiene muchas caras, pero pocas tan icónicas como la del ajolote. Este anfibio, endémico del Valle de México, se ha convertido en un símbolo nacional. Su representación es la de la regeneración y la supervivencia en un hábitat que ha sufrido las inclemencias del tiempo desde hace siglos.
Ajolote en reserva. Kevin Yulianto/Getty Images.
El ajolote (Ambystoma mexicanu), que también es conocido como “monstruo acuático”, es un anfibio perteneciente a la especie de las salamandras. Se distingue por conservar sus rasgos larvales durante su vida adulta, condición llamada neotenia. En otras palabras, este pequeño animal mantiene su aleta dorsal de renacuajo a lo largo de toda su vida.
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Este anfibio endémico cuenta también con un sistema de regeneración único. Se ha visto que, más allá de reconstituir partes de su cuerpo, el ajolote puede sanar heridas en su corazón sin dejar cicatrices, logrando obtener así un órgano completamente sano.
La leyenda de Xólotl.
Cuenta la leyenda que Xólotl, hermano de Quetzalcóatl, quería evitar ser sacrificado a cualquier precio. Por tal motivo, este dios, del fuego y el relámpago, se transformó en maíz y luego en maguey para evitar ser descubierto. A pesar de ello, estos intentos no fueron suficientes para pasar desapercibido, por lo que decidió refugiarse en el agua y ahí fue cuando tomo las forma del ajolote.
“Cuando Quetzalcóatl encontró a Xólotl recapacitó y le dijo: como te negaste a morir sacrificado para dar vida a otro elemento, toda tu vida permanecerás aquí, pero el día que tu elemento, el agua, ya no sirva, desaparecerás de la faz de la Tierra junto a la raza humana”, cuenta Dionisio Eslava Sandoval, presidente de la organización Umbral Axochiatl, a Mongabay Latam.
Un hábitat amenazado.
Los ajolotes alguna vez poblaron la mayor parte del área lacustre del Valle de México. Hoy la cosa es muy diferente; su hábitat se reduce exclusivamente a los canales de Xochimilco, donde, además, sólo habitan en un espacio de 10 kilómetros cuadrados. Esta notable reducción de su lugar es producto de múltiples alteraciones a su ecosistema.
“No se puede conocer el número exacto de ejemplares que quedan porque es muy difícil de contar, aunque hay evidencia de que cada año disminuye su población. En este momento la especie no tiene la vitalidad ni el número para considerarla fuera de peligro”, explica Esther Quintero, subcoordinadora de Especies Prioritarias de la Comisión Nacional para el Conocimiento y uso de la Biodiversidad (CONABIO) de México.
Damian Camacho /EyeEm/ Getty Images.
Este problema se ha visto traducido en una crisis de extinción para la especie que cada vez se encuentra más amenazada. De acuerdo con la lista roja de la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza (UICN), este anfibio está en problemas serios de poder desaparecer.
El ajolote y los riesgos para su conservación.
Uno de los factores determinantes que han afectado a la preservación del ajolote son las especies invasoras. Es decir: animales que no pertenecían, originalmente, a este espacio pero fueron introducidos por el ser humano con fines determinados. Un ejemplo de esto es el caso de las carpas y tilapias que fueron traídas a este lugar con el fin de desarrollar proyectos acuícolas.
Otra amenaza viene representada por la actividad humana, la cual ha se ha visto reflejada en una notoria contaminación del agua. Por si fuese poco, el turismo tan numeroso que frecuenta esta zona de la ciudad, no toma las debidas precauciones para cuidar el hábitat de este anfibio.
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Afortunadamente existen diversos proyectos encargados de preservar al ajolote. Una acción notable, sobre esta línea, es la que han tomados científicos y agricultores al crear chinampas que ayuden a filtrar el agua contaminada. Por otra parte, hay iniciativas turísticas que buscan recaudar dinero para la conservación de esta especie endémica de los canales de Xochimilco.
Por: Alberto Milo.
Sitio Fuente: National Geographic en Español