Diabetes infantil ¿diferente a la de adultos?
CIENCIAS DE LA SALUD / ENFERMEDADES CRÓNICAS.
La diabetes tipo 1 es más común en niños.
Susana tiene 10 años, es una niña hiperactiva e incansable que gusta de practicar diversos deportes. Hace unas semanas comenzó a sentirse muy cansada, con sed todo el tiempo y mucho apetito. Su madre pensaba que se debía a la cantidad de ejercicio que hace, hasta que se percató de que sus ganas de orinar eran muy frecuentes y no podía contenerlas. Fue entonces que decidió llevarla al médico; después de diversos estudios el diagnóstico fue diabetes.
La diabetes es una enfermedad crónica en la cual se elevan las concentraciones de glucosa en la sangre. Normalmente, el nivel de la glucosa es de 70 a 99 gramos por decilitro; si se está entre 100 y 125, se trata de un estado prediabético, y si se tiene 126 o más con 8 horas de ayuno en dos ocasiones diferentes, ya se estaría hablando de un diagnóstico de diabetes. Esto aplica tanto tanto para niños como para adultos, explica Ana Lilia Rodríguez, académica de la Facultad de Medicina de la UNAM.
En el caso de los niños, es más común la diabetes tipo 1 cuyo origen es autoinmune; esto quiere decir que el sistema inmunológico desconoce las células beta encargadas de producir la insulina en el páncreas, entonces las ataca para destruirlas ocasionando que los niños no puedan producir su propia insulina, por lo que es necesario inyectársela.
Este tipo de diabetes es la más frecuente en los niños, y en los adultos es la tipo 2, aunque esta última ya se está presentando en la población infantil. Niños desde 8 años de edad han sido diagnosticados con este tipo de diabetes. Afortunadamente es prevenible si se evita el sobrepeso o la obesidad, lo cual es posible lograr a través de una alimentación sana, actividad física y otros hábitos saludables como el dormir correctamente.
“Antes de los años 90, de todos los niños diagnosticados con diabetes, sólo 2% era el tipo 2, mientras que el 98% eran del tipo 1. Después de esta década, en diversas poblaciones se ha reportado un incremento de hasta 45% de diabetes tipo 2; se calcula que entre un 25 y un 30% de los niños mexicanos que padecen diabetes, es justamente de este tipo, y esta sí puede prevenirse”.
Los síntomas más comunes de la diabetes es la polidipsia, es decir, sentir mucha sed; poliuria, que significa orinar con mucha frecuencia, y polifagia, que es una sensación incontenible de hambre todo el tiempo. Quienes tienen este síntoma, a pesar de comer mucho no suben de peso, por el contrario, va disminuyendo.
El 95% de casos de diabetes en el mundo son de tipo 2; sin embargo, la tipo 1 es más común en poblaciones de raza caucásica; en Europa, sobre todo en Finlandia, es muy frecuente encontrar este tipo de diabetes en sus habitantes.
Factores de riesgo.
La diferencia entre una diabetes tipo 1 y una tipo 2, es que en esta última los síntomas se van presentando poco a poco, en tanto que en la tipo 1, pueden desarrollarse en una semana o en un día, es decir, se expresan de manera abrupta. Esto sucede porque cuando se pierde 80% de las células beta del páncreas, se manifiestan los síntomas de forma abrupta.
El primer factor de riesgo de la diabetes tipo 2 en la infancia, es que el bebé nazca de una mamá con este padecimiento, o que la desarrolle durante el embarazo es decir, que tenga diabetes gestacional. Igualmente, si padece obesidad, el bebé tendrá un mayor riesgo de llegar a padecer diabetes en una edad temprana. Otros factores que se han observado, son tener otros familiares con diabetes o pertenecer a grupos raciales de riesgo, como ser Latinos, Afroamericanos, Asiáticos, Nativo-Americanos.
De acuerdo con la literatura, refiere Ana Lilia Rodríguez, si el bebé al nacer presenta un peso mayor al esperado de acuerdo a sus semanas de gestación o, por el contrario, si es de bajo peso, también corre el riesgo de contraer el padecimiento; ambos extremos son peligrosos. Ese riesgo también aumentaría si nace por cesárea y/o no recibe seno materno.
A decir de la especialista, si una diabetes está bien controlada no causa mayores problemas; sin embargo, desafortunadamente sólo entre el 20 y el 30% de las personas, adultas y niños, logra un buen control de la enfermedad, lo que ocasiona complicaciones crónicas o agudas de la diabetes.
Efectos de la enfermedad.
“Las complicaciones crónicas se dividen, a su vez, en las macrovasculares y las microvasculares. Las macrovasculares están asociadas con problemas cardiosvaculares, y las microvasculares son las que dañan la vascularidad de órganos como los riñones, por lo que puede presentarse insuficiencia renal.
Por otro lado, puede haber daño en la retina y en consecuencia, perder la vista. Igualmente, los pacientes con diabetes es posible que padezcan afectaciones en las vías nerviosas, provocando úlceras en los pies, evolucionando de esta manera al pie diabético que en muchas ocasiones termina en amputación”.
Cuando un niño ha sido diagnosticado con diabetes ya sea tipo 1 o tipo 2, se recomienda llevar una dieta saludable bien balanceada que contemple frutas, verduras, cereales integrales y ausencia o consumo mínimo de alimentos procesados.
Si un niño con diabetes lleva una alimentación balanceada, respeta sus horarios de alimentación y tiene actividad física, podría llevar una vida prácticamente normal.
Controlar la diabetes.
Según la especialista, si el menor padece diabetes tipo 1, es posible que desarrolle otras enfermedades autoinmunes de forma paralela, tales como el hipotiroidismo, hipertiroidismo, enfermedad celiaca, entre otros padecimientos.
La diabetes es una enfermedad que requiere tratamiento de por vida y, para tener un control adecuado de la enfermedad, es necesario medir su glucosa en sangre antes y dos horas después de cada alimento; evitar bebidas azucaradas y productos procesados en general, hacer ejercicio de dos a cinco horas a la semana, acudir a las citas de control con los estudios de seguimiento correspondientes como la hemoglobina glucosilada A1c entre otros.
Ante todos estos cuidados, precisa la especialista, es necesario mantener una actitud muy positiva que les permita a los pacientes tener ánimo de autocuidado. Con ello no sólo asegurarán una esperanza de vida similar al resto de las personas, sino también evitan los altos costos que generan las complicaciones. El reto es querer hacerlo, informarse y contar con el apoyo de familiares y amistades.
En el Instituto Nacional de Perinatología, la Doctora Rodríguez Ventura y su equipo desarrollaron “Sacbe”, un programa familiar integral para prevenir y tratar adiposidad (sobrepeso u obesidad) y diabetes en niños, mismo que al ser financiado por el CONACYT, no tiene costo para quien solicita ingresar. Desde 2013 que se implementó, han obtenido excelentes resultados, por lo que se invita a la población con exceso de peso y/o diabetes ponerse en contacto con “Sacbe”: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., WhatsApp 5528881049 o al 55209900 ext. 653.
Por Isabel Pérez
Sitio Fuente: Ciencia UNAM