La selva amazónica no era virgen cuando fue colonizada

ARQUEOLOGÍA.-

Había sido domesticada por una civilización precolonial que la protegió.

Vista aérea de uno de los sitios investigados llamado Tequinho, en la cuenca del Amazonas, en el que se aprecia uno de los geoglifos. Foto: Martti Pärssinen.

La selva amazónica había sido domesticada sin devastación y protegiendo las plantas por la civilización precolonial que la habitó hace 2.000 años: la relación con la naturaleza puede ser sostenible.

Una serie de figuras geométricas fueron descubiertas en 1977 después de una tala masiva en los bosques del suroeste de la Amazonia, formando, rectángulos, cuadrados, rectas o elipses.

Una investigación publicada hace 10 años, estableció que esas figuras eran los vestigios de una civilización precolonial desconocida que construyó centros ceremoniales geométricos y sofisticados sistemas viales. Esta civilización floreció en el área de la selva tropical hace 2.000 años.

La profesora de la Universidad de Helsinki Pirjo Kristiina Virtanen y la investigadora de la Universidad de Sao Paulo Sanna Saunaluoma, establecieron entonces que esas figuras eran espacios rituales a través de los cuales los habitantes de aquellos espacios se comunicaban con los espíritus y mantenían así un vínculo vivo con la naturaleza.

En aquellos tiempos, los miembros de esa civilización precolonial cultivaban sus alimentos: yuca, maíz, piña, pimientos y calabaza, entre otras cosas.

La comida de las antiguas civilizaciones del Amazonas también consistía en gran medida en los frutos de la palma y los nogales brasileños.

La protección y la gestión de los árboles a través de las generaciones que formaron aquella civilización han afectado a la diversidad de la selva tropical desde entonces hasta el presente.

Nuevos descubrimientos.

Algunos de los autores de esta primera investigación han publicado ahora un segundo artículo en la revista Environmental Archaeology en el que demuestran que los grandes proyectos de construcción antiguos no solo dieron forma al paisaje, sino que la civilización desconocida también impactó la selva tropical.

La investigación señala que, además del cultivo de mandioca, maíz y calabaza, la protección, el cuidado y la plantación de varios árboles fueron importantes para el suministro de alimentos de los pueblos indígenas de la región, explica el investigador Martti Pärssinen, en un comunicado.

La investigación confirma que en el suroeste de la Amazonía se cosecharon y consumieron frutas de palma silvestres y domesticadas, nueces de Brasil y otras especies identificadas en el primer milenio de la Era Común.

El artículo también describe cómo la domesticación de los árboles no fue un proceso devastador de las condiciones amazónicas, ya que las formas silvestres de las plantas fueron protegidas al mismo tiempo que la intervención humana.

Durante las excavaciones arqueológicas se encontraron formas silvestres y domesticadas de fruta de durazno, entre otras plantas.

Por otro lado, especialmente los nogales brasileños, así como muchas palmeras, que son vitales tanto para sus frutos como para las almendras de palma, se domesticaron en el área de la selva tropical para el consumo humano. Sus frutos son hoy claramente más grandes que hace 2.000 años.

Domesticación vegetal.

Los investigadores destacan que se desarrolló un proceso no lineal de domesticación, ya que las palmas de duraznos silvestres domesticadas entonces todavía son bien conocidas por los pueblos indígenas en todo el Amazonas, añade Pirjo Kristiina Virtanen, directora del proyecto actual.

El impacto humano en el soporte de la selva amazónica ha sido significativo y, por lo tanto, no existe la selva virgen, destaca.

Por otro lado, el estudio muestra que los pueblos indígenas de la Amazonía han gestionado su medio ambiente de manera sostenible, al domesticar ciertas plantas mientras las protegen y respetan. No hay indicios de que grandes áreas de bosque hubieran sido deforestadas.

Estos nuevos hallazgos desmienten la visión idealista de la selva virgen del Amazonas. Al mismo tiempo, destaca cómo los pueblos indígenas consumían plantas silvestres mientras domestican ciertas plantas para uso humano.

La relación entre los pueblos de la Amazonía y los bosques ha demostrado ser sostenible. Debe explorarse más a fondo y se pueden aprender lecciones de esta experiencia humana, concluyen los investigadores.

Sitio Fuente: Tendencias21