Cuando las niñas dicen “no”

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Cada día, decenas de miles de niñas se convierten en niñas casadas. El matrimonio infantil viola sus derechos, pone en peligro su salud y torna incierto su futuro. Pero cuando las niñas son empoderadas para luchar, para negarse o escapar del matrimonio infantil, no hay límites para sus aspiraciones, así lo señala el Fondo de Población de Naciones Unidas quien este Día de San Valentín ha lanzado una campaña en contra del matrimonio infantil.

FOTO: UNFPA.

A escala mundial, una de cada cinco niñas se casa antes de cumplir 18 años. Además, las niñas casadas suelen abandonar la escuela.

En Iraq, Elaf tenía dos hermanas adolescentes que abandonaron la escuela después de casarse. “Ambas desearían no haberse casado tan jóvenes”, admite. “Mi sueño era ser farmacéutica, así que cuando mi padre decidió que debía casarme a los 15 años, me negué”. Elaf tiene hoy 26 años y estudia farmacia.

Las niñas casadas suelen quedar embarazadas aún adolescentes y, una vez embarazadas, suele presionárseles para que se casen.

Esa fue la experiencia de Poni Helen en Sudán del Sur. “Mis padres querían que me casara cuando quedé embarazada a los 16 años. Los desafié porque quería terminar la escuela, pero no me apoyaron, así que trabajé y fui a la escuela. Hoy tengo 23 años y estudio Derecho mientras crío a mi hijo de seis años”.

El embarazo en la adolescencia aumenta el riesgo de complicaciones. Hay que pagar un precio cuando los sueños propios son destrozados.

“Mi madre se casó muy joven, y aunque completó su educación superior no se le permitió trabajar después de casarse,” afirma Farah Faizah, en Bangladesh. “Eso dejó un impacto duradero en su bienestar físico y mental”. Hoy en día, la Sra. Faizah trabaja para las Naciones Unidas. “Si me hubiera casado muy joven, no creo que habría tenido las mismas oportunidades”.

Sin embargo, las familias suelen recurrir al matrimonio infantil porque lo ven como la única opción de una niña, una creencia fundada en la pobreza, la inseguridad y la desigualdad de género.

“En mi ciudad natal se obliga a muchas niñas a contraer matrimonio. Los padres tienden a pensar que las niñas no tienen futuro si no se casan”, explica Hayat Outemma al UNFPA en Marruecos. “Soy muy afortunada porque pude terminar la escuela. Ahora soy maestra y activista social, y trabajo para cambiar la mentalidad sobre la educación de las niñas y el matrimonio infantil”

Las niñas sometidas a este tipo de matrimonio son extremadamente vulnerables. Pueden estar expuestas a violencia, y a menudo no pueden defender sus derechos ni satisfacer sus necesidades.

“A los 15 años dejé de asistir a la escuela para casarme con un sargento del ejército 20 años mayor que yo”, declara Chipasha, hoy en día defensora de niñas en Zambia. “Mi esposo abusó de mí… incluso cuando estaba embarazada de su hijo”. Pero entonces comenzó a visitar un espacio seguro apoyado por el Programa Mundial para Poner Fin al Matrimonio Infantil, del UNFPA-UNICEF. “Con la ayuda de nuestra mentora, finalmente salí junto con mi bebé de un matrimonio abusivo”.

Pero cuando las niñas conocen sus derechos, pueden valerse por sí mismas.

En Georgia, los padres de Chinara Kojaeva intentaron casarla con solo 15 años. “Me puse en contacto con la policía, y más tarde mis padres me prometieron que me permitirían recibir instrucción y no casarme hasta que cumpliera 18 años”. Pero cuando tenía 17 años, intentaron nuevamente obligarla a contraer matrimonio. Ella lo denunció a las autoridades y se mudó a un refugio. Allí Chinara asiste a clases y aprende a pintar y a boxear. “Aquí empecé una nueva vida”, sostiene.

Se cree que en el mundo, más de 150 millones de niñas podrían verse obligadas a casarse de aquí a 2030 si no se toman medidas.

En México, 1 de cada 5 mujeres se casa antes de los 18 años, de acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2014.

Sitio Fuente: ONU