Otorgan a académico de la UdeG el Premio al Mérito Ecológico 2018

ECOLOGÍA.-

El profesor Sergio Graf recibirá el premio el lunes 16 de julio en el Museo Casa del Risco, en la Ciudad de México.

Jalisco destaca en  innovación tecnológica, es también un gigante agroalimentario, pero el gusto va a durar poco si no se combate la enorme inequidad y pobreza que hay en el estado, así como la pérdida de los  recursos naturales y de especies animales y vegetales, enfatizó el maestro Sergio Humberto Graf Montero, director del Instituto de Energías Renovables del Centro Universitario de Tonalá (CUTonalá).

Trabajar en favor de la ecología y contra el cambio climático es uno de los ideales que impulsa el trabajo del académico, quien fue acreedor al Premio al Mérito Ecológico 2018.

“El uso de combustibles fósiles en los últimos 100 años ha favorecido la emisión de gases de efecto de invernadero –como el bióxido de carbono–, lo que ha generado un calentamiento generalizado del planeta”, explica.

Esto pone en riesgo las capacidades de los ecosistemas para proveer a los seres humanos de recursos, al ser afectada la biodiversidad y el espacio donde se encuentran bosques, selvas, matorrales y manglares, que proporcionan diferentes recursos como el agua, detalla el académico.

Actualmente el investigador colabora en la implementación del Programa Universitario Integral de Transición Energética (PUITE), que tiene entre sus objetivos tener una política de gestión energética en todas las instalaciones de la UdeG para reducir el consumo de energía y disminuir la huella de carbono (conjunto de emisiones de gases de efecto invernadero producidas, directa o indirectamente, por personas u organizaciones).

Asimismo, está involucrado en un proyecto de generación de energías renovables en el medio rural.

“Empezamos a trabajar con la Secretaría de Desarrollo Rural,  el Fideicomiso de Riesgo Compartido y la UdeG para apoyar a pequeños productores lecheros en el uso de energías renovables, específicamente solar para reducir sus costos de producción, entrar a un proceso de sustentabilidad en sus sistemas productivos y disminuir la huella de carbono (indicador ambiental resultante de la suma de todas las emisiones de gases de efecto de invernadero causadas directa o indirectamente por un individuo u organización).

“Se logró que trece productores de los Altos de Jalisco accedieran a recursos de la Secretaría de Desarrollo Rural para la compra de celdas solares que les ayudarán a generar energía”, detalló.

Empezó a laborar en la UdeG en 1988 en el ahora Instituto Manantlán de Ecología y Conservación de la Biodiversidad, del Centro Universitario de la Costa Sur y posteriormente ocupó distintos cargos de gobierno como Director de la Reserva de la Biósfera de la Sierra de  Manantlán y fue también Coordinador General de Producción y Productividad en la Comisión Nacional Forestal. Como investigador y profesional ha tenido múltiples logros.

Éxitos.

Como Director de la Reserva de la Biósfera de la Sierra de  Manantlán, entre 1993 y 2002, contribuyó a la construcción de un programa de manejo de la reserva elaborado en la UdeG, el cual fue mejorado mediante la participación de actores locales involucrados.

Explicó que la reserva incluye a 32 ejidos y comunidades indígenas, además de la propiedad privada. Sólo 1 por ciento es propiedad estatal.

“Administrar una área como ésta requiere que todos los actores participen. Fue impulsado un modelo de consejo asesor, integrado por todos los ejidos y comunidades del área natural protegida, siendo uno de mis logros más importantes”, refirió.

El investigador destacó la necesidad de crear instituciones duraderas que puedan conjuntar la capacidad de todos los actores involucrados para resolver los problemas que aquejan a la Sierra de Manantlán.

Graf contribuyó también  a la creación de un modelo para la gestión ambiental con base en la asociación de diez municipios en 2002 (Unión de Tula, Autlán, Ejutla, El Grullo, Tuxcacuesco, Tonaya, San Gabriel, Zapotitlán de Vadillo, Tolimán y El Limón), enfocado en la solución del problema de contaminación del Río Ayuquila.

Con base en esta estrategia se logró una disminución de la contaminación del río mencionado, ya que a raíz de la instalación del ingenio Melchor Ocampo en Autlán en 1983, durante cerca de 20 años en un tramo de 30 kilómetros (en el Valle de El Grullo-Autlán) el río no tenía peces por la carga de contaminación orgánica y química.

“Todavía hay problemas. No se ha logrado resolver el problema de las cargas municipales, por ejemplo, pero las condiciones del río mejoraron”, dijo.

De ese modelo de asociación derivaron las Juntas Intermunicipales del Medio Ambiente, organismos públicos descentralizados integrados por los municipios de una cuenca hidrológica (en este caso, Ayuquila), en cuya Junta de Gobierno tienen participación los gobiernos federal, estatal, los municipios asociados, universidades (UdeG) y sociedad civil.

Las juntas dotan de capacidad a los diferentes municipios para resolver problemas ambientales comunes. El modelo fue replicado en Jalisco. Actualmente, más de 80 por ciento de sus municipios están asociados bajo esta figura de junta intermunicipal en diferentes cuencas.

Posteriormente Graf Montero fue Coordinador General de Producción y Productividad en la Comisión Nacional Forestal, y tuvo bajo su cargo la política de producción y conservación de bosques del país, utilizando el modelo de asociación de municipios para atacar el problema de deforestación.

“Este modelo se replicó, por ejemplo, en Yucatán, con una asociación intermunicipal en la región del Puuc y en el Sur de Quintana Roo”, abundó Graf Montero.

Egresó de la Facultad de Agronomía con especialidad en Bosques (1987); obtuvo una maestría en Desarrollo Rural en Montpellier, Francia (1993); un diplomado en Desarrollo Sustentable del programa LEAD-COLMEX (1998), e inició el doctorado Ciudad, Territorio y Sustentabilidad del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD).

Sobre el premio al mérito ecológico.

Por sus contribuciones a la protección del capital natural de México durante varias décadas y desde diferentes ámbitos profesionales, lo cual implicó el impulso de procesos de conservación de áreas naturales protegidas, el maestro Sergio Humberto Graf Montero fue acreedor al Premio al Mérito Ecológico en la categoría Individual.

Se trata de un reconocimiento nacional que el Gobierno de la República a través de la Secretría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) entrega anualmente desde 1993 a mujeres, hombres, instituciones y organizaciones públicas y privadas que han realizado programas, proyectos o acciones en materia ambiental con impacto en el país.

Para el investigador galardonado el premio al Mérito Ecológico no es una coronación a su trayectoria profesional. “Son sólo vitaminas para seguir trabajando con entusiasmo”, externa.

Para la convocatoria de la presente edición se registraron 256 candidaturas en siete categorías. El jurado fue integrado por especialistas y expertos en materia ambiental, ajenos a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

El premio consta de una presea, un diploma y 100 mil pesos. La ceremonia de premiación será el lunes 16 de julio en Museo Casa del Risco, a las 11:00 horas, en la capital del país.

Texto: Martha Eva Loera / Fotografía: Gustavo Alfonzo | David Valdovinos.

Sitio Fuente: UdeG