Mayas, el lenguaje de la belleza cierra periplo con broche de oro en el Museo Nacional de Antropología

MUSEOS.

- Para este nuevo montaje se incorporaron poco más de 30 piezas, que junto con las que han itinerado suman 333, testimonio de la plástica desarrollada por- esta civilización
- En el marco de los 500 años de la primera expedición española en tierras mayas, se integran los relatos de civiles y religiosos ibéricos sobre ese mundo desconocido para ellos.

El Escribano de los Dioses. Incensario. Cerámica. Mayapán, Yucatán. Foto: Ignacio Guevara, INAH.

Tras su paso en el extranjero, donde se presentó en las capitales de China y Alemania, así como en la ciudad italiana de Verona, Mayas, el lenguaje de la belleza regresa a México. La magna exposición concluye su exitoso periplo en el Museo Nacional de Antropología, donde llega con un nuevo subtítulo: Miradas cruzadas, que añade testimonios contenidos en textos indígenas y crónicas de civiles y religiosos del siglo XVI.

En conferencia de prensa realizada en el recinto ubicado en Reforma y Gandhi, Bosque de Chapultepec, José Enrique Ortiz Lanz, coordinador nacional de Museos y Exposiciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), manifestó que este cierre de la exhibición abre nuevas perspectivas toda vez que se da en el marco de los 500 años del desembarco de la primera expedición española en tierras mayas.

Como relató, fue en 1517 que Francisco Hernández de Córdoba y doce encomenderos de la isla de Cuba emprendieron un viaje que “cambiaría no sólo a Europa, sino al que entonces ignoraban era un “nuevo” continente, América”. En el Mayab, los expedicionarios encontraron pueblos que los dejaron maravillados por sus avances con respecto a los grupos aborígenes de las islas caribeñas.

Ortiz Lanz detalló el discurso de la muestra, que emana de los propias piezas, 333 en total, cuya antigüedad va de 500 a.C. a la época del Contacto; incluye las más recientes investigaciones desarrolladas por arqueólogos, antropólogos físicos, etnohistoriadores e historiadores del arte; y las voces de los viajeros españoles, para ofrecer una visión del arte de la antigua cultura maya; conjugándose así tiempos, estilos y funciones.

Antonio Saborit, director del Museo Nacional de Antropología, aseveró que el montaje constituye 500 m de recorrido por la Sala de Exposiciones Temporales del recinto; donde además se han dispuesto una serie recursos audiovisuales y táctiles, entre ellos réplicas de 30 de las piezas más emblemáticas, pensando en el público con discapacidad auditiva y visual que visite esta muestra que abre el viernes 4 de agosto.

La curadora Karina Romero Blanco dio a conocer que en esta edición de la exposición se han integrado 35 piezas inéditas, con respecto a las anteriores presentaciones; varias de ellas tuvieron un arduo trabajo de conservación. Mencionó los casos de dos paneles procedentes de Pomoná que representan a uno de sus gobernantes y a su consorte, y la representación en madera de un enano, también procedente de ese sitio tabasqueño; un fragmento de textil descubierto en la Cueva de El Lazo, en Chiapas; una vestimenta ritual hecha con conchas, que semeja las escamas de un pez, encontrada en Oxtankah (Quintana Roo), y la figura de un hombre sosteniendo un pescado, proveniente de Ek Balam, Yucatán.

En Mayas, el lenguaje de la belleza. Miradas cruzadas, que permanecerá hasta noviembre de 2017, el concepto de los mayas sobre “lo bello” —profundamente relacionado con la virtud y lo divino—, contrasta con las impresiones de quienes venían del otro lado del océano.

Las voces de Hernán Cortés, Bernal Díaz del Castillo y Pedro de Alvarado, y de los frailes: Bartolomé de las Casas, Diego de Landa, Francisco Núñez de la Vega, así como fuentes documentales, entre ellas las Relaciones Histórico-Geográficas de la Gobernación de Yucatán, dan cuenta de ese mundo para ellos desconocido: atavíos, prácticas y costumbres con las que tuvieron contacto directo.

En sus profusas manifestaciones artísticas, los mayas revelaron múltiples detalles físicos de los individuos que conformaron su sociedad. Actividades y rango de sus miembros se revelan a través de los rostros, la complexión de los cuerpos, inclusive deformidades y patologías, que para los españoles —en casos como el estrabismo y el modelado cefálico practicado en niños, o el limado dental— representaban actos salvajes e incomprensibles.

Karina Romero Blanco, ex directora del Museo Arqueológico de Cancún (hoy Museo Maya de Cancún),  detalló que en la exposición también se integran los conceptos contenidos en el importante corpus de textos escritos por indígenas y mestizos, como el Popol Vuh, los Libros del Chilam Balam, Cantares de Dzitbalché y Memorial de Sololá, entre otros, que ofrecen la visión maya en torno a los mismos temas.

Mayas, el lenguaje de la belleza. Miradas cruzadas reúne elementos arquitectónicos, objetos suntuarios y utilitarios elaborados en una amplia diversidad de materiales y técnicas; provienen de 45 sitios arqueológicos de Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán. Cabe mencionar que la muestra ya se presentó en estas tres últimas entidades.

Los paradigmas de la belleza manifestados mediante las modificaciones corporales, el sistema social e ideológico expresado en el tipo de indumentaria, los animales como acompañantes del humano desde su nacimiento, deidades y seres del panteón maya, dan lugar a las cuatro secciones que conforman la exhibición: El cuerpo como lienzo, El cuerpo revestido, La contraparte animal y Los cuerpos de la divinidad.

Con elementos de accesibilidad y comunicación educativa, la exposición intenta mostrar que las creaciones estéticas de diversos sitios y periodos de la historia prehispánica maya fueron resultado de procesos sociales, políticos y religiosos, y no solamente piezas concebidas para su contemplación.

La colección que integra el primer apartado, El cuerpo como lienzo, consiste en figurillas, esculturas y elementos arquitectónicos en los que se representan las diversas intervenciones: modelado cefálico, estrabismo, pintura corporal y escarificaciones realizadas a los cuerpos de hombres, mujeres, jóvenes, ancianos, enfermos y cautivos. De estos últimos monumentos, que conmemoran la captura de un prisionero de guerra, destacan los producidos en Dzibanché y Toniná.

En el apartado El cuerpo revestido puede encontrarse una serie de estelas y figurillas de la Isla de Jaina, Campeche, elaboradas entre los siglos VI y XI, en las que se identifica la indumentaria de hombres y mujeres de diversas edades y estratos; es probable su relación con ritos personales y familiares debido a que muchas de las piezas provienen de contextos domésticos. Entre los objetos de uso personal destacan ornamentos elaborados en materiales altamente apreciados por los mayas, como el jade y la concha Spondylus princeps.

La contraparte animal es el módulo que reúne imágenes de serpientes y jaguares, animales abundantes en la iconografía maya. Asimismo, sobresalen piezas que representan aves —incluyendo figurillas de Jaina que funcionaron como silbatos, vasijas y vasos—, reptiles, seres acuáticos y a las dos especies de mono más comunes en la región maya: araña (ma’ax) y aullador o saraguato (ba’ats’).

El último apartado, Los cuerpos de la divinidad, incluye representaciones de seres sobrenaturales y deidades. Sobresalen máscaras funerarias halladas en entierros de élite de las ciudades de Calakmul y Dzibanché; un vaso ornamentado con un ave sobrenatural, quizás Itzam Yeh, encontrado en la tumba del soberano “Garra de Jaguar Fuego” de Calakmul; un marcador de un juego de pelota con la imagen de la diosa lunar Ixchel, procedente de Tenam Rosario, en Chiapas; así como portaincensarios hallados en Palenque y en las cuevas de Tapijulapa y Tacotalpa, en Tabasco.

Mayas, el lenguaje de la belleza permanecerá hasta noviembre próximo en el Museo Nacional de Antropología. Horario: martes a domingo de 9:00 a 19:00 horas. Domingos entrada gratuita a público nacional y extranjeros residentes en México (documento FM vigente). Entrada gratuita a nacionales, mayores de 60 años (credencial del Inapam), menores de 13 años, personas con discapacidad, profesores y estudiantes (identificación vigente).

Sitio Fuente: INAH