“Sin historias no hay museos”: Erik Schilp

MUSEOS.

- Con la participación de 150 especialistas de América y Europa, inició el Coloquio Internacional “Retos y Perspectivas de los Museos del Siglo XXI”-
- El foro conmemora el primer centenario del Museo de Guadalupe, inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial como parte del Camino Real de Tierra Adentro.

Museo de Guadalupe, Zacatecas. Foto: Mauricio Marat, INAH.

Con la conferencia magistral del estratega en museos, Erik Schilp, y la presencia de más de 150 especialistas en museología de los principales recintos mexicanos e importantes instituciones de América y Europa, inició el Coloquio Internacional “Retos y Perspectivas de los Museos del Siglo XXI” en el Museo de Guadalupe, Zacatecas.

En el emblemático recinto mexicano, inscrito en 2010, en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO como parte del Camino Real de Tierra Adentro y que celebra su primer centenario, al dictar la conferencia magistral de apertura Erik Schilp sentenció que “si un museo no tiene una Mona Lisa que lo sustente es tiempo de cambiar”.

El innovador, estratega y conector de la empresa holandesa VISSCH  STAM dijo que en un mundo donde la tecnología, las experiencias sociales y la vida diaria se han integrado a un ritmo veloz, cualquier institución que ofrezca conocimiento, para sobrevivir debe tener una historia fuerte y sólo algunas instituciones cuentan con ese privilegio.

El especialista holandés explicó que no todas las instituciones pueden ser Louvre y la mayoría tienen que hacer un esfuerzo para expresar lo que quieren contar. Consideró que los museos son espacios que cuentan historias sobre la gente, sobre el mundo; en tanto, los artefactos son las ilustraciones. Para la mayoría del público la historia es lo importante, el objeto es importante porque es parte de ésta. Sin historias no hay museos.

Para Erik Schilp un museo es tan importante como la comida o el lugar donde se duerme, es la parte que vincula con la historia de los padres, de la familia, por eso pueden estar en cualquier lugar, como el oxígeno; siendo estratega, dijo que los ha aprendido a mirar también como negocios que venden historias, por eso consideró que cuando se piensa en su futuro se debe hablar de metas y estrategias: la pregunta fundamental es ¿dónde quiero que esté el museo en 15 años? La respuesta exige la reflexión de si la historia que está contando es importante todavía para el público o se debe cambiar.

Un museo es trabajo de humanos por eso los cambios en las sociedades requieren también de renovación en las instituciones. Hoy las instituciones culturales tradicionales están descubriendo que necesitan ser más inclusivas, creativas y de mente abierta para integrarse al desarrollo social y comercial. Por su parte, las audiencias son cambiantes, menos fáciles de definirse ya que sus intereses y gustos cambian rápidamente, más que antes. La institución que esté centrada en su público será inclusiva y contará con un colectivo híbrido que incite, coopere, produzca o financie actividades, eventos y presentaciones.

Operará, continuó,  junto con las esferas económicas, sociales y culturales, usará más espacios públicos que privados, buscará activamente una participación significativa de un público. Tomará la responsabilidad activa por su lugar dentro de la sociedad. Las instituciones del futuro se transformarán continuamente en algo más.

Dicha tarea, anotó, la están desempeñando con mejores resultados los museos de ciencia, dado que son más propositivos y flexibles porque pueden hacer más cosas; es mucho más fácil propiciar que el público interactúe con la historia y las colecciones a partir de la tecnología que de la pintura.

“Los museos son de las instituciones culturales más antiguas que ha creado la humanidad”, recordó el coordinador nacional de Centros INAH, José María Muñoz Bonilla, al ofrecer las palabras de bienvenida durante la ceremonia inaugural, en representación del director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández.

Explicó que los antecedentes de los museos en el país datan del siglo XVIII, cuando diversos documentos y manuscritos sobre la historia indígena que tenía el italiano Lorenzo Boturini, fueron depositados en la Real y Pontificia Universidad de México; también en aquella época se inauguró el primer Museo de Historia Natural. Tras la Consumación de la Independencia de México, Agustín de Iturbide creó en 1822 el Conservatorio de Antigüedades con colecciones del Museo de Historia Natural.

Por decreto del presidente Guadalupe Victoria, asesorado por el historiador Lucas Alamán, se fundó en 1825, como institución autónoma, el Museo Nacional Mexicano. Puede considerarse a este recinto como el primer museo de México, establecido para reunir y conservar cuanto pudiera para dar el más exacto conocimiento del país, de sus orígenes y de los progresos de la ciencia y de las artes.

Hoy los museos mexicanos integran una institución que busca renovarse incesantemente para estar a la altura de los nuevos tiempos; dijo que si bien son cada vez más visitados, sigue siendo un gran desafío ampliar y consolidar los públicos. El reto en este sentido es crear las mejores condiciones para que accedan las personas de todas las edades, condición socioeconómica y capacidades diferentes.

Mencionó algunos de los elementos que requieren de constante revisión para reforzar las funciones de los museos: las colecciones, en lo referente a la integración y ampliación de bienes; la identificación, clasificación y catalogación, restauración y conservación; asimismo, señaló la investigación y protección de los bienes, exhibición y difusión; el papel en la educación, la integración de nuevas tecnologías y la gestión.

En la ceremonia inaugural también estuvieron el director del Instituto Zacatecano de Cultura “Ramón López Velarde”, Alfonso Vázquez; la directora del Museo de Guadalupe, Rosa María Franco Velasco, y el presidente de la Sociedad de Amigos del Museo de Guadalupe, Jesús Manuel Díaz Casas.

Sitio Fuente: INAH