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Crisipo de Soli: El sabio que definió la lógica estoica y sentó las bases del pensamiento moderno

HISTORIA DE LA CIENCIA.-

Crisipo de Solos (aprox. 280 – 206 a. C.) fue uno de los filósofos más influyentes de la Antigüedad, aunque su nombre sea hoy menos conocido que el de Sócrates o Aristóteles.

Sin embargo, sin Crisipo, el estoicismo —una de las corrientes filosóficas más importantes del mundo antiguo— no habría sobrevivido ni alcanzado la profundidad intelectual que hoy la caracteriza. Este pensador nacido en Soli, una ciudad de Cilicia (actual Turquía), fue el auténtico arquitecto del sistema estoico.

Foto: Wikimedia Commons

El discípulo que superó al maestro.

Crisipo fue discípulo de Cleantes de Asos, quien a su vez había aprendido directamente de Zenón de Citio, fundador del estoicismo. Pero pronto demostró un intelecto tan agudo que superó a su maestro y se convirtió en el tercer escolarca (líder) de la escuela estoica en Atenas.

De hecho, según el historiador Diógenes Laercio, Crisipo escribió más de 700 obras, aunque lamentablemente la mayoría se han perdido.

El padre de la lógica proposicional.

Uno de los aportes más notables de Crisipo fue en el terreno de la lógica, especialmente la lógica proposicional. Mientras que Aristóteles había desarrollado la lógica de los términos (basada en categorías y silogismos), Crisipo se centró en el razonamiento con proposiciones completas, anticipando en gran medida las bases de la lógica moderna que siglos después desarrollarían Frege, Russell y Wittgenstein.

Por ejemplo, Crisipo formuló reglas de inferencia como:

“Si A implica B, y A es verdadero, entonces B también lo es.”

Una estructura que hoy reconocemos como el modus ponens, pilar de la lógica formal contemporánea.

El universo como un todo racional.

En el ámbito metafísico, Crisipo defendió una visión del cosmos regido por el logos, una razón universal que ordena todas las cosas. Para él, Dios y la naturaleza eran una misma realidad, una concepción panteísta que influiría siglos después en pensadores como Spinoza y los filósofos del Renacimiento.

El alma humana, según Crisipo, era una chispa del logos divino, lo que implicaba que vivir conforme a la razón era vivir conforme a la naturaleza.

Ética y dominio de las pasiones.

En ética, Crisipo consideraba que las pasiones —como el miedo, la ira o el deseo desmedido— son juicios erróneos de la razón. La virtud consiste en corregir esos juicios y mantener la serenidad ante los altibajos de la vida. Esta visión daría origen al ideal del sabio estoico, imperturbable y libre interiormente, modelo que inspiró a Séneca, Epicteto y Marco Aurelio.

Curiosidades.

Crisipo fue conocido no solo por su rigor filosófico, sino también por su ironía. Se cuenta que murió de risa tras ver a un burro comer higos y pedirle que bebiera vino para acompañarlos. Aunque probablemente sea una anécdota apócrifa, ha quedado grabada como una de las muertes más singulares de la historia de la filosofía.

Su pensamiento marcó un antes y un después. Gracias a él, el estoicismo se consolidó como una doctrina sistemática, influyendo en la filosofía romana, en la teología cristiana primitiva e incluso en la psicología moderna, a través de la terapia cognitivo-conductual, que retoma principios estoicos sobre el control de las emociones mediante la razón.

Sitio Fuente: NCYT de Amazings