Theodor Svedberg: El Nobel sueco

HISTORIA DE LA CIENCIA.-

En el vasto panorama de la historia de la ciencia, algunos nombres brillan no solo por sus descubrimientos, sino por las herramientas que crearon para que futuras generaciones pudieran explorar aún más lejos. Uno de estos pioneros fue Theodor Svedberg, un químico físico sueco cuya invención de la ultracentrífuga marcó un antes y un después en la bioquímica, la farmacología y la nanotecnología.

Foto: Wikimedia Commons

Nacido el 30 de agosto de 1884 en Fleräng, Suecia, Svedberg creció en un entorno natural que despertó su temprana fascinación por los fenómenos físicos. Su carrera académica comenzó en la Universidad de Uppsala, donde obtuvo su doctorado en 1908 con una tesis sobre los coloides, sistemas formados por partículas microscópicas en suspensión, que en ese entonces constituían un misterio científico de primer orden.

Un Nobel por desentrañar los coloides.

La obra más influyente de Svedberg surgió de su obsesión por entender el comportamiento de los coloides, especialmente en el contexto de la teoría cinética de la materia. Gracias a su meticuloso trabajo experimental, logró demostrar que los coloides obedecen las mismas leyes físicas que los sistemas moleculares ordinarios. Esta contribución le valió el Premio Nobel de Química en 1926.

Pero su legado fue más allá del premio. Para estudiar estas diminutas partículas, Svedberg desarrolló la ultracentrífuga analítica, un dispositivo capaz de aplicar fuerzas centrífugas millones de veces superiores a la gravedad terrestre. Esta herramienta permitió, por primera vez, separar moléculas biológicas como proteínas o ácidos nucleicos según su masa y forma. Sin ella, avances posteriores como la caracterización del ADN o la producción de vacunas modernas habrían sido impensables.

El origen del “Svedberg” como unidad científica.

En honor a su trabajo pionero, se nombró en su honor la unidad “Svedberg” (S), utilizada aún hoy para describir la velocidad de sedimentación de partículas durante la centrifugación. Por ejemplo, los ribosomas, esenciales para la síntesis de proteínas, se clasifican por su coeficiente Svedberg (70S en bacterias, 80S en células eucariotas).

Mentor e innovador hasta el final.

Svedberg fue también un prolífico mentor de jóvenes científicos y desempeñó un papel clave en el desarrollo de la investigación interdisciplinaria en Suecia. En la Universidad de Uppsala dirigió el Instituto de Química Física y atrajo a talentos internacionales interesados en la aplicación de la física a los sistemas biológicos.

Vivió hasta los 82 años, falleciendo el 25 de febrero de 1971. Durante su larga vida, Svedberg no solo contribuyó a la ciencia con descubrimientos, sino que también cambió la forma en que los científicos estudian el mundo invisible.

Sitio Fuente: NCYT de Amazings