Frases para reflexionar del Marqués de Sade
Biografías
En el aniversario de su muerte, hace unos 201 años, recordamos al Marqués de Sade a través de sus frases más importantes.
Autor: niall62 | Fuente: Flickr
Donatien Alphonse François de Sade, conocido como el Marqués de Sade, fue un escritor y filósofo francés. Es conocido porque su nombre pasó a ser un sustantivo de las prácticas sexuales por las que sentía inclinación (sadismo).
Nació en París en 1740. Desde joven se caracterizó por estar implicado en escándalos que con el tiempo se hicieron algo común en su vida. Sus obras tienen como protagonistas a individuos que cometen los peores actos de violencia. Estos personajes justifican sus acciones mediantes largos parlamentos, lo que los convertía en seres racionalmente malignos.
Los escritos que firma son trasgresores en un plano moral, intelectual y religioso. Sade fue un crítico del Dios conservador y tiñó a sus textos de ateísmo radical que contradecía la doctrina de la época. Como consecuencia, sus libros aparecían en el listado de libros prohibidos de la Iglesia Católica.
Los incidentes en los que participó han convertido sus anécdotas en leyendas. A lo largo de su vida, estuvo encarcelado 27 años en diferentes asilos y fortalezas. El escritor también formó parte de la lista de los condenados a la guillotina.
A lo largo de la historia ha sumado tantos seguidores como críticos y no ha dejado indiferente a nadie. Para reflexionar a través de su visión del mundo, a continuación veremos algunas de sus frases más relevantes:
- “Ninguna religión vale una sola gota de sangre”.
- “Lo que hace celoso al amante no es el afecto que siente por ella sino el miedo a la humillación pública si su querida cambiara de sentimientos hacia él”.
- “La ley solo existe para los pobres; los ricos y los poderosos la desobedecen cuando quieren, y lo hacen sin recibir castigo porque no hay juez en el mundo que no pueda comprarse con dinero”.
- “Predicar sin practicar es lo mismo que construir un barco y dejarlo en la orilla”.
- “Para el orgullo constituye una especie de placer el burlarse de los defectos que no se tienen y ese tipo de satisfacciones resultan tan gratas al hombre y especialmente a los imbéciles, que es muy raro ver que renuncien a él”.
Sitio Fuente: Universia México