¿Qué tienes en el cerebro? Diseccionando la materia blanca y la gris
CIENCIA UNAM.
Dos estructuras clave para el funcionamiento de nuestro cerebro.
El cerebro humano es un órgano extremadamente complejo, pues además de organizar y controlar funciones básicas del organismo como la digestión, la circulación, el control de la temperatura, el hambre y la sed, también es el responsable de procesos cognitivos como la memoria, el aprendizaje.
Dos estructuras primordiales de este gran motor son la materia gris y la materia blanca. “La primera es la zona en donde se encuentran localizados los cuerpos celulares de las neuronas. Mientras que en la segunda, están las extensiones de estás células” explica el doctor Julio Morán Andrade, investigador titular de la División de Neurociencias del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM.
La materia gris permite el procesamiento de la información sensorial y motora. También la integración, el análisis y el envío de respuesta a otras zonas del cuerpo para la toma de decisiones en acciones complejas como el lenguaje ocurren en esta parte del cerebro.
¿Es gris?
Al realizar un corte histológico en el cerebro, la sustancia gris se ve de color oscuro. Esto se debe a que se encuentra en la corteza cerebral, un sitio en el que abundan los cuerpos celulares de las neuronas, los somas, dicha densidad provoca su pigmentación oscura.
¿Y cuál es el papel de la materia blanca? “Siendo muy reduccionista, esta sustancia tiene que ver con la transmisión de información entre las zonas grises, es decir, conecta las distintas áreas y permite que las neuronas se comuniquen de manera adecuada para poder llevar a cabo todas sus funciones” detalla el experto en fisiología.
La sustancia blanca se localiza en el núcleo medular de los hemisferios cerebrales y cerebelosos, así como en el tronco encefálico y la médula espinal. Debido a la extensión de las proyecciones de las neuronas, éstas se encuentran envueltas en una capa de mielina, la cual es responsable de su consistencia blancuzca.
Parecidas, pero no iguales.
A pesar de que la materia gris y la blanca están relacionadas una con la otra, su formación durante el proceso embrionario es completamente diferente.
Primero se desarrolla la materia gris y luego la blanca. En las primeras semanas de gestación se crean neuronas en la corteza y en ese momento, las células nerviosas no tienen extensiones tan largas.
“A lo largo del embarazo, los cuerpos neuronales empiezan a desarrollar sus extensiones, mismas que empiezan a dirigirse a las regiones blancas que pueden estar en zonas muy alejadas” puntualiza el doctor Morán.
Su proceso de formación no es lo único que las distingue; también las enfermedades que las afecta. En el caso de la sustancia blanca sus padecimientos se conocen como desmielinizantes; en ellos, la mielina, que es la sustancia blanca que rodea las extensiones de las neuronas, desaparece o se pierde.
Un ejemplo de este tipo de patología es la esclerosis múltiple. “Se trata de una enfermedad que altera el sistema inmune del individuo, el cual por alguna razón que no se conoce muy bien, ataca la propia mielina del sistema nervioso. Al dañarla, termina por degradarla, provocando en los pacientes un proceso inflamatorio que causa: fatiga, desequilibrio y problemas cognitivos.”
Por su parte, los padecimientos de la materia gris están asociados a alteraciones en las neuronas. Por ejemplo, en el Alzheimer mueren las células nerviosas, por una causa que hasta el momento no se ha podido identificar. Tal suceso provoca no solo daños en la memoria sino en diferentes aspectos de la cognición.
Otro caso es la enfermedad de Parkinson, en donde las neuronas se degeneran y mueren, perjudicando el movimiento del paciente ocasionando problemas de equilibrio, coordinación, rigidez e incluso, trastornos del habla.
Cerebro sano.
Si bien existen enfermedades congénitas y genéticas donde es imposible alguna forma de prevención, hay acciones que una persona puede realizar para mantener un cerebro sano en la medida de lo posible..
Para empezar, es indispensable tener una alimentación sana, es decir, baja en grasas y carbohidratos, dado que su exceso, puede producir una alteración metabólica que lesione la función cerebral.
“Se sabe que hay una relación muy estrecha entre enfermedades derivadas de alteraciones metabólicas y las neurodegenerativas” explica el especialista, quién detalla que también es importante realizar actividad física, pues hay estudios donde se muestra que el ejercicio mantiene el buen funcionamiento de las neuronas.
Otra forma de cuidar a nuestro cerebro es la socialización. Aunque aparentemente ambas cosas no tienen nada que ver, el neurocientífico comenta que se ha observado que cuando una persona no socializa puede haber un deterioro cognitivo, debido a que establecer relaciones saludables estimula la memoria, el habla y disminuye la depresión, la ansiedad y el estrés.
Una más es realizar actividades motivantes. Por ejemplo, escribir poesía, platicar, oír música, tocar algún instrumento musical, debido a que al completar alguna de estas labores se estimula el sistema nervioso periférico, que conecta el cerebro y la médula espinal con el resto del cuerpo.
Por: Laura García Juárez.
Sitio Fuente: Ciencia UNAM