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Frances Arnold, pionera en la ingeniería evolutiva

HISTORIA DE LA CIENCIA.-

Frances Arnold, ganadora del Premio Nobel de Química en 2018, es una de las científicas más destacadas de nuestra era.

Su trabajo en el campo de la biotecnología y la ingeniería evolutiva ha cambiado radicalmente nuestra comprensión de las enzimas y sus aplicaciones en la industria. Mediante el uso de la "evolución dirigida", Arnold ha creado enzimas que no solo contribuyen a procesos más sostenibles y eficientes, sino que también abren nuevas posibilidades en la química, la medicina y la producción de biocombustibles. Con una historia inspiradora y un impacto científico transformador, Frances Arnold continúa siendo una figura fundamental en la ciencia moderna.

Foto: Wikimedia Commons.

Nacida en Pittsburgh, Pensilvania, en 1956, Frances Arnold demostró desde temprana edad una curiosidad insaciable por el mundo que la rodeaba. Aunque su trayectoria en la educación secundaria y universitaria no fue siempre lineal, Arnold nunca perdió el interés por la ciencia y la ingeniería. En un momento donde pocas mujeres se aventuraban en estas áreas, Frances Arnold estudió ingeniería mecánica e ingeniería aeroespacial en la Universidad de Princeton, destacándose por su determinación y habilidad.

Posteriormente, obtuvo su doctorado en ingeniería química en la Universidad de California en Berkeley, donde comenzó a explorar aplicaciones interdisciplinarias, como la biología molecular y la bioquímica. Estas bases científicas y técnicas le proporcionaron el conocimiento necesario para embarcarse en el camino que la llevaría a revolucionar el campo de la biotecnología.

La evolución dirigida: Un enfoque innovador inspirado en la naturaleza.

El trabajo más revolucionario de Frances Arnold comenzó cuando se unió al Instituto de Tecnología de California (Caltech) en los años 90. Fue allí donde desarrolló su técnica de evolución dirigida, una metodología inspirada en el proceso de selección natural de la evolución. En lugar de tratar de diseñar enzimas a través de métodos convencionales, Arnold aplicó la idea de mutar y seleccionar enzimas de manera que evolucionaran para desempeñar funciones específicas.

La evolución dirigida implica tres pasos básicos:

1. Mutación: Arnold introducía mutaciones en el ADN para generar diversas variantes de enzimas.

2. Selección: Luego, probaba las enzimas resultantes para seleccionar aquellas que mejor cumplían con la función deseada.

3. Repetición: Este proceso se repetía varias veces, refinando las enzimas cada vez más, hasta llegar a una versión altamente optimizada para una función específica.

Esta técnica revolucionó el campo de la bioquímica, ya que permitió producir enzimas que no existen en la naturaleza y que tienen propiedades específicas, como resistencia a altas temperaturas o la capacidad de catalizar reacciones químicas complejas.

Impacto y aplicaciones de la evolución dirigida.

La evolución dirigida abrió la puerta a una serie de aplicaciones con un impacto significativo en múltiples industrias. Algunas de las aplicaciones más destacadas incluyen:

1. Producción de biocombustibles: Las enzimas diseñadas mediante evolución dirigida pueden convertir materias primas vegetales en biocombustibles de manera más eficiente. Esto ha permitido desarrollar alternativas sostenibles a los combustibles fósiles, reduciendo la huella de carbono.

2. Fabricación de productos químicos verdes: La evolución dirigida ha hecho posible diseñar enzimas que sustituyen a los catalizadores tradicionales en reacciones químicas industriales. Estas enzimas permiten realizar procesos que generan menos residuos y usan menos energía, contribuyendo a una química más sostenible.

3. Medicina y farmacología: Las enzimas evolucionadas también se emplean en la producción de fármacos. Estas enzimas son capaces de catalizar reacciones específicas necesarias para la creación de medicamentos, mejorando la eficiencia de producción y la pureza de los compuestos.

4. Tratamiento de desechos y remediación ambiental: Algunas enzimas diseñadas por evolución dirigida se utilizan para degradar sustancias tóxicas, facilitando la limpieza de suelos y aguas contaminadas. Esta aplicación tiene un gran potencial para la protección del medio ambiente.

El Premio Nobel de Química 2018: Reconocimiento a una carrera de innovación.

En 2018, Frances Arnold fue galardonada con el Premio Nobel de Química, compartido con los científicos George P. Smith y Sir Gregory Winter. Este reconocimiento destacó la importancia de la evolución dirigida como herramienta para el desarrollo de proteínas de diseño con aplicaciones específicas. Con este premio, Arnold se convirtió en la quinta mujer en ganar el Nobel de Química, un logro que no solo celebra su contribución científica, sino que también resalta el papel de las mujeres en un campo tradicionalmente dominado por hombres.

El impacto en la biotecnología y la industria sostenible.

El trabajo de Frances Arnold ha transformado la biotecnología al introducir una metodología que puede aplicarse para crear soluciones más sostenibles en una amplia variedad de industrias. Gracias a la evolución dirigida, la industria química ha podido reemplazar muchos procesos que dependían de materiales peligrosos o contaminantes por métodos basados en enzimas. Esto ha ayudado a reducir la huella ecológica de la producción industrial y ha promovido el desarrollo de tecnologías limpias.

Además, la investigación de Arnold ha sentado las bases para nuevas líneas de investigación en el diseño de proteínas, permitiendo a otros científicos explorar aplicaciones en áreas emergentes como la medicina personalizada, el desarrollo de nuevos biomateriales y la síntesis de compuestos bioactivos.

Un legado inspirador y una visión para el futuro.

Frances Arnold no solo ha dejado un legado científico valioso, sino que también se ha convertido en un símbolo de innovación y perseverancia. Ha demostrado que la ciencia puede inspirarse en la naturaleza para desarrollar soluciones revolucionarias. Además, Arnold ha abogado activamente por la inclusión de más mujeres en la ciencia y ha alentado a las próximas generaciones a explorar nuevos caminos en la investigación científica.

En entrevistas recientes, Arnold ha hablado sobre el potencial de la evolución dirigida para abordar desafíos globales como el cambio climático y la escasez de recursos naturales. En su visión para el futuro, imagina un mundo en el que las tecnologías biológicas desempeñen un papel clave en la creación de productos sostenibles y en la protección del medio ambiente.

Sitio Fuente: NCYT de Amazings