Qué tan buena es la memoria de los gatos y los perros: Así son los recuerdos de tus compañeros
MASCOTAS / CONDUCTA ANIMAL.
Te contamos lo que sabemos sobre la extraordinaria memoria de los perros y los gatos, así como qué la hace tan especial.
tetsuomorita/Getty Images.
La memoria de nuestros perros y gatos es mucho más prodigiosa de lo que podemos imaginar. De entrada, por varios estudios hechos sobre el tema, sabemos que nuestros animales de compañía son muy inteligentes y que, contrario a la creencia popular, ambas especies desarrollan un gran afecto hacia nosotros. Pero si lo piensas bien, estas características, que tanto nos encantan, no podrían existir si tras ellas no hubiera una sólida memoria que las permitiera ser.
Recordar para sobrevivir.
Mikel Delgado, un investigador de psicología animal de la Universidad de California (Estados Unidos), sostiene que la memoria de los animales es clave para su adaptación y supervivencia. Añade que diversos experimentos controlados han dado evidencia de que estos seres recuerdan cosas y situaciones, mucho tiempo después de haber interactuado con ellas o haberlas vivido.
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Según un artículo de Live Science, que revisa el mismo tema, los perros y los gatos domésticos son capaces de recordar la ubicación de donde comen y, a veces, incluso cómo hacer trucos o encontrar el camino a casa.
Los expertos afirman que esa memoria puede ser tan aguda como sus necesidades evolutivas lo reclamen.
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«Si alguien pasa junto a un cubo de basura y tira una hamburguesa, puede que ya no la veamos, pero [los perros] recuerdan que había una hamburguesa y pueden buscarla en el último lugar donde la vieron», explica Monique Udell, profesora adjunta de Ciencias Animales en la Universidad Estatal de Oregón (Estados Unidos).
Todavía hay mucha investigación pendiente sobre este punto. Por ejemplo, queda la duda de qué tan similar es la memoria de perros y gatos a la nuestra, porque, al parecer, la memoria episódica opera diferente en ellos. Próximos trabajos seguirán descubriendo este mundo oculto a nuestros ojos.
Por: Alberto Milo.
Sitio Fuente: National Geographic en Español