El secreto de los centenarios: los rasgos que comparten las personas que viven más de 100 años
CIENCIAS DE LA VIDA / GENÉTICA.
Superar los 100 años de vida era, hasta hace poco, una rareza estadística. Sin embargo, el número de centenarios crece cada década en casi todos los países.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2024 se estimaban más de 720.000 personas mayores de 100 años en el planeta, y se espera que la cifra se duplique en menos de 15 años. ¿Qué tienen en común quienes alcanzan esa longevidad? La ciencia lleva décadas investigándolo, y los resultados revelan una combinación fascinante de genética, hábitos, entorno y actitud ante la vida.
1. Genética favorable, pero no determinante.
Diversos estudios, como los realizados por el New England Centenarian Study (Universidad de Boston), indican que los genes explican entre 20% y 30% de la longevidad extrema. Existen variantes genéticas relacionadas con una mejor reparación del ADN, un metabolismo más eficiente y menor riesgo de enfermedades cardiovasculares o neurodegenerativas.
Sin embargo, los científicos coinciden en que el estilo de vida pesa más que la herencia. Muchos centenarios no siguen dietas perfectas ni rutinas de gimnasio, pero sí mantienen hábitos consistentes y equilibrados durante toda su vida.
2. Dieta moderada y natural.
Uno de los factores más repetidos en las llamadas “Zonas Azules” —regiones donde la esperanza de vida es excepcionalmente alta, como Okinawa (Japón), Cerdeña (Italia) o Nicoya (Costa Rica)— es la alimentación basada en productos naturales y locales.
Estas personas consumen mayoritariamente verduras, legumbres, frutas, cereales integrales y aceite de oliva, con un consumo reducido de carne roja y azúcar. Otro rasgo común es la moderación calórica: comer hasta sentirse satisfecho, no lleno. En Okinawa, esta práctica se conoce como “hara hachi bu”, o “comer hasta estar al 80%”.
3. Actividad física constante, no intensa.
Los centenarios raramente son deportistas de élite, pero casi todos han mantenido una vida activa. Caminar diariamente, cuidar el huerto, subir escaleras o realizar tareas domésticas son actividades que, acumuladas, tienen un gran impacto sobre la salud cardiovascular y la movilidad articular.
El secreto está en la regularidad: moverse todos los días, aunque sea de forma ligera, ayuda a mantener el cuerpo y la mente en equilibrio.
4. Red social sólida y sentido de propósito.
La salud emocional y social también juega un papel crucial. Los estudios más recientes muestran que quienes mantienen vínculos estrechos con familiares, amigos o su comunidad presentan tasas más bajas de depresión, deterioro cognitivo y enfermedades crónicas.
Además, los centenarios suelen compartir un rasgo intangible pero poderoso: un propósito vital claro. En Okinawa se conoce como ikigai (razón de ser), mientras que en Nicoya lo llaman plan de vida. Este propósito da estructura y motivación a la existencia, incluso en edades avanzadas.
5. Optimismo y resiliencia ante la adversidad.
Una constante entre los centenarios es su actitud positiva. No significa que no hayan sufrido —muchos han atravesado guerras, crisis o pérdidas familiares—, pero han aprendido a adaptarse emocionalmente.
La ciencia lo respalda: mantener una visión optimista reduce los niveles de cortisol (la hormona del estrés) y favorece la longevidad. Según un estudio de la Universidad de Harvard, las personas con una perspectiva positiva tienen hasta un 15% más de probabilidades de vivir más allá de los 85 años.
6. Sueño reparador y rutinas estables.
Dormir bien es otro denominador común. Los centenarios tienden a mantener horarios regulares, con entre 7 y 8 horas de sueño por noche, sin abuso de pantallas ni estimulantes antes de acostarse. El sueño profundo permite regenerar tejidos, consolidar la memoria y fortalecer el sistema inmunitario.
Longevidad como equilibrio.
No existe una fórmula mágica para vivir más de 100 años, pero la ciencia nos enseña que la clave está en el equilibrio: comer bien, moverse con frecuencia, mantener la mente activa, cultivar relaciones y conservar una actitud serena ante la vida.
Quizás el verdadero secreto de los centenarios no esté en alargar el tiempo, sino en aprender a vivirlo con plenitud y propósito.
Sitio Fuente: NCYT de Amazings