El Museo Nacional de Antropología celebra Xantolo: Fiesta de los difuntos de Yahualica, Hidalgo

    MUSEOS.

    - Esta comunidad huasteca recreó su tradicional altar de Día de Muertos en el patio del recinto museístico, donde permanecerá hasta el 4 de noviembre-
    - Flores de cempasúchil, mano de león y palmillas, naranjas, mandarinas, plátanos y pan con figuras antropomorfas que penden, dan la bienvenida a los difuntos.

    Danzas, cantos, rezos, velas, adornos florales y platillos tradicionales a base de pan, adobo de pollo y tamales conforman la celebración del Xantolo. Foto Mauricio Marat, INAH.

    Danzas, cantos, rezos, velas, adornos florales y platillos tradicionales a base de pan, adobo de pollo y tamales, conforman la celebración de Xantolo: Fiesta de los difuntos de Yahualica, Hidalgo, que pobladores de dicha comunidad de la Huasteca hidalguense recrearon en el Museo Nacional de Antropología (MNA) para que los visitantes conozcan un poco de sus rituales dedicados a los muertos.

    El patio del recinto de Reforma y Gandhi  fue el lugar donde se instaló una casa tradicional de la huasteca con un altar al centro, en la que se dispuso un arco de flores de cempasúchil, mano de león y palmillas, además de naranjas, mandarinas, plátanos y pan con figuras antropomorfas que penden del vano y que dan la bienvenida a los difuntos. A los lados de la ofrenda se observa la vestimenta y los objetos preferidos de los fallecidos.

    En el altar se colocaron las viandas, que eran sus favoritas en vida, como el adobo de pollo y puerco, los tamales, el pascali (platillo hecho a base de semillas de ajonjolí y frijoles), chocolate y tequila, así como dulces, frutas cristalizadas y juguetes para los niños muertos. También está presente el agua “porque llegan sedientos luego de su largo viaje”.

    Más de medio centenar de habitantes de Yahualica se encargaron de mostrar la festividad que incluyó las danzas Cuauhuehuentini. El doctor Antonio Saborit, director del MNA, fue el encargado de dar la bienvenida a los habitantes de la comunidad, representados por Eustorgio Hernández Morales, presidente municipal de Yahualica, Hidalgo, y José Olaf Hernández Sánchez, secretario de Cultura del Estado de Hidalgo, además del maestro Arturo Gómez Martínez, subdirector de Etnografía del museo, quien se ha dedicado a estudiar las tradiciones de la localidad.

    El edil de Yahualica presentó la ofrenda y posteriormente un grupo de danzantes interpretó los géneros cuanegros, huehues, colis y matlachines. La ceremonia de apertura concluyó con una comida en la que se compartieron los tamales tradicionales de la Huasteca hidalguense.

    El maestro Arturo Gómez Martínez relató que Yahualica, comunidad indígena de habla náhuatl, conmemora a sus muertos con mucha antelación. “La celebración comienza desde el 18 de julio y 29 de septiembre, fechas en que se hacen invitaciones formales mediante una ofrenda de tamales, café, pan, velas y copal que se disponen en los altares domésticos, mientras que las personas mayores de cada familia rezan y “hablan” con sus difuntos para invitarlos a casa, asimismo, les piden que intercedan por las milpas para que haya los alimentos suficientes”.

    Posteriormente, la noche del 30 de octubre empieza la fiesta con la elaboración de arcos decorados y la colocación de los altares, donde hay imágenes de santos y las fotografías de los difuntos.

    Al mediodía del 31 de octubre llegan los difuntos infantes, conocidos como pilconetzitzih, y se les recibe en el camino a casa con veredas hechas con pétalos, agua bendita y humo de copal, acto que recibe el nombre de tlanamiquilistli.

    El 1 de noviembre, reciben a los difuntos adultos o huehueyih, a quienes al igual que el día anterior se les da la bienvenida desde el camino, indicándoles la ruta mediante un surco de pétalos. La ofrenda principal de ese día se compone de mole, tamales, pan, chocolate, refrescos, cervezas, aguardiente, tabaco, dulces tradicionales y otros comestibles que los seres queridos disfrutaban en vida. “Se les atiende como si estuvieran vivos, como si fueran sus invitados”, anotó el investigador.

    El 2 de noviembre —prosiguió—, los pobladores visitan los panteones y ahí  colocan ofrendas de comida y bebidas; se hacen rezos, se toca música ceremonial y los danzantes bailan los géneros cuanegros, huehues, colis y matlachines sobre las tumbas.

    La celebración termina hasta finales de noviembre. La familia vuelve al panteón nueve días después del Día de Muertos para despedirlos, realizan otra magna fiesta con danzas, ofrendas en las tumbas y adornos florales; posteriormente, el 30 de noviembre, día de San Andrés, se hace una pequeña ofrenda en las casas, con tamales, panes, adobo y chocolate, y nuevamente regresan al panteón para culminar la fiesta de los muertos en Yahualica, Hidalgo.

    El altar de Día de Muertos de esta comunidad permanecerá hasta el 4 de noviembre en el patio del Museo Nacional de Antropología, de 9:00 a 19:00 horas. Entrada gratuita para niños menores de 13 años de edad, adultos mayores y profesores con credencial. Abierto de martes a domingo, entrada 70 pesos; los domingos el acceso es libre para público nacional.

    Sitio Fuente: INAH

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