Olvídese de comprar cerdos diminutos o perros ultramusculados, de momento

    BIOMEDICINA.

    El gigante de la genética BGI se arriesgó demasiado cuando se ofreció a vender minicerdos manipulados genéticamente, así que aunque los sigue- investigando, sus documentos públicos se han centrado en otras áreas mientras el país intenta acercarse a los OMG.

    BGI, la empresa de genómica más grande de China, ha lanzado una oferta pública inicial que permitiría a los inversores comprar hasta 221 millones de euros de la compañía. Pero si alguno de ellos espera hacerse con uno de los diminutos cerdos que la compañía ha creado mediante edición genética y que cuestan más de 1.200 euros, más vale que espere sentado.

    BGI acaparó los titulares en septiembre de 2015 cuando, durante la Cumbre Internacional de Líderes de Biotecnología de Shenzhen (China), anunció que planeaba comercializar cerdos Bama enanos. Su intención era inaugurar un mercado de mascotas modificadas genéticamente con colores y tamaños a demanda.

    Pero ahora, los trabajadores de BGI dicen que no venderán los cerdos a los consumidores. Un miembro clave del programa de ciencias animales de BGI, Yong Li, aseguró a MIT Technology Review: "No tenemos planes de vender microcerdos".

    No se sabe a qué se debe este cambio. Pero las distracciones generadas por la cobertura mediática, la negativa opinión pública de China frente a los organismos modificados genéticamente (OMG) y la incertidumbre sobre cómo los regulará el país parecen haber contribuido a la decisión.

    La edición genética es una forma rápida de realizar cambios en los embriones de animales, que suelen estar centrados en inhabilitar genes o modificar el ADN para que una raza incluya rasgos presentes en otros miembros de la misma especie. Mediante esta tecnología, China, en particular, ya ha generado cabras de pelo largo y perros hipermusculosos en sus laboratorios.

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    Algunos científicos esperaban que las ventas de animales modificados genéticamente que sirvieran de alimento o para otros usos no estuvieran sometidos a regulación, ya que la tecnología no implica la mezcla de ADN de especies distintas.

    Pero los reguladores parecen cautelosos. En EEUU, La Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) dijo en enero que consideraría a estos animales como OMG, lo que supondría años de papeleo y demoras para los científicos que trabajan en ganado sin cuernos y en perros libres de enfermedades caninas. Li de BGI dice que el Gobierno chino ha adoptado una perspectiva similar.

    Eso significa que los planes para las mascotas de diseño parecen haberse paralizado. El miembro del departamento de Relaciones Públicas de BGI Siqi Gong añadió que "no se divulgará más información".

    En mayo, BGI presentó una solicitud de oferta pública inicial a la Bolsa de Valores de Shenzhen, con la que esperaba recaudar 221 millones de euros. No es el primer intento de la empresa de lanzarse públicamente, un movimiento similar en 2016 fracasó después de que aparecieran problemas de papeleo.

    BGI, que nació bajo el nombre original de Instituto de Genómica de Pekín, empezó como especialista en la secuenciación genómica. Su laboratorio tipo fábrica y su plantilla de miles de personas se infiltraron en la consciencia pública al descodificar el ADN del panda gigante y solicitar muestras de ADN a genios para buscar las raíces genéticas del cociente intelectual (ver Dentro de la fábrica del genoma de China). También se ofreció a secuenciar genomas humanos de los académicos de todo el mundo a un precio barato.

    Desde entonces, la compañía se ha dirigido a mercados aplicados como el de las pruebas prenatales de ADN, que representa la mitad de sus ingresos. BGI es la primera empresa de genómica que realiza una oferta pública oficial en China, lo que según la revista Nature, refleja el creciente papel del país en la medicina de precisión.

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    Foto: Los planes de mascotas de diseño, incluidos perros curados de problemas genéticos o cerdos con un pelo de diseño, ahora parecen haberse quedado en espera.

    Para producir los minicerdos, BGI afirma que sus científicos utilizaron la tecnología TALENs con la que desactivaron el gen de un receptor de hormonas de crecimiento en embriones de cerdo. Los cerdos resultantes no pesaban ni 15 kilos, casi lo mismo que un cocker spaniel.

    Pero no hay ni una sola referencia sobre las mascotas con genes editados en las 607 páginas de la solicitud de oferta pública de acciones de BGI. Eso puede deberse al hecho de que cualquier cosa modificada genéticamente se ha convertido en un tema sensible en China, debido en parte a años de escándalos de seguridad alimentaria y la desconfianza general de la supervisión reguladora.

    Sin embargo, el Gobierno quiere cambiar esas percepciones. En junio, colaboró con la Universidad de Tsinghua (China) para realizar una encuesta de las actitudes del público hacia los alimentos transgénicos, como la soja transgénica, para determinar hasta qué punto y cuán rápido se podrían impulsar, especialmente mientras el Gobierno insta a las empresas a convertirse en innovadores mundiales en biotecnología.

    Aunque los cerdos diminutos no se han podido comercializar como animales domésticos, BGI continúa investigando los animales en una instalación de 200 acres conocida como El Arca, situada en unas montañas tropicales en la costa al este de Shenzhen. Li dijo que la empresa está ampliando la población de animales y probando métodos de mejora que podrían producir especímenes más robustos, incluso al cruzarlos con cerdos salvajes.

    Por Michael Standaert | traducido por Teresa Woods.

    Sitio Fuente: MIT

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