El Museo Regional de Querétaro recibirá la pintura Santiago el Mayor, atribuida a Cristóbal de Villalpando

    MUSEOS.

    - La obra forma parte de una serie de 12 pinturas sobre los apóstoles realizada por el artista novohispano, de las cuales nueve se conservan en dicho recinto-
    - Fue donada por un coleccionista particular, con el interés de que la pintura se integre al resto del conjunto y coadyuvar con el INAH en la conservación y difusión del patrimonio cultural.

    Santiago el Mayor, obra del pintor Cristóbal de Villalpando. La pieza forma parte de una serie de doce, realizada por el famoso artista novohispano. Foto: Melitón Tapia, INAH.

    El Museo Regional de Querétaro recibirá en donación una pintura de caballete atribuida al pintor Cristóbal de Villalpando. Se trata de la imagen denominada Santiago el Mayor, uno de los integrantes del apostolado que acompañó a Jesús durante sus predicaciones, según relata la Biblia.

    El suceso reviste gran importancia porque en dicho recinto del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se conservan nueve pinturas, de una serie de doce, realizadas por el famoso artista novohispano. Con la incorporación de Santiago el Mayor se enriquece el conjunto a diez obras, además de obtener una lectura más completa de un tema muy importante desarrollado durante el periodo virreinal.

    La única información sobre la procedencia de esta magnífica serie de pinturas proviene del historiador Francisco de la Maza, quien consignó que se hizo para el Convento El Carmen, en la ciudad de Querétaro. Las obras estuvieron a principios del siglo XX en la que fuera la Academia de Bellas Artes, en dicha ciudad, para pasar después al acervo del museo que fundara Germán Patiño y que desde hace 81 años se conoce como el Museo Regional de Querétaro.

    De las nueve pinturas realizadas por De Villalpando que resguarda el museo, siete están firmadas sólo con su apellido, mientras que las otras dos, más la que se recibe en donación, se infiere su atribución por la técnica de manufactura, estilo, composición y representación.

    Es importante señalar que está documentado que las pinturas se basaron en los grabados que hizo el pintor flamenco Pedro Pablo Rubens, a petición del duque de Lerma hacia 1611. De Villalpando los reproduce casi igual y les imprime su propio estilo claroscuro y vigoroso. La serie original de Rubens está bajo resguardo del Museo de El Prado, en Madrid.

    Acerca de Cristóbal de Villalpando, se sabe que nació en la ciudad de México hacia 1649 y murió en la misma, en 1714. Es considerado el último gran pintor del periodo barroco, se distinguió por el manejo suelto en el dibujo y sobre todo, por ser audaz en las composiciones, haciendo de ellas escenarios complejos llenos de color, luz y creatividad.

    Su primer trabajo localizado se encuentra en el retablo mayor del ex convento franciscano de San Martín de Tours, en Huaquechula, Puebla (1675), que resguarda 17 lienzos dedicados a los santos franciscanos, ocho sobre la vida de la Virgen y un Cristo crucificado. En la Ciudad de México destacan las obras realizadas en los retablos de Azcapotzalco (1681) y el Retablo de Ánimas, en Xochimilco, y sobre todo, los lienzos realizados para la Catedral de México (1685) con temas alusivos a San Miguel, la Virgen del Apocalipsis y la Iglesia militante y triunfante.

    En la Catedral de Puebla hizo pinturas murales en la cúpula con el tema Apoteosis de la Eucaristía (1688). En el convento franciscano de la Ciudad de Antigua, en Guatemala, pintó 49 lienzos sobre la vida de san Francisco de Asís. De Villalpando es reconocido también por representar a los ángeles y arcángeles con gran maestría, entre otros temas. Entre sus últimos trabajos, se encuentra la serie sobre la vida de san Ignacio de Loyola que pintó para el colegio jesuita de Tepotzotlán, en el Estado de México.

    Los historiadores del arte consideran que Cristóbal de Villalpando alcanzó la plenitud artística entre 1690 y 1710. En este periodo, el pintor intensifica los colores verdes, azules y bermellones,  enriquece los matices ricos en veladuras, causando gran impacto en las composiciones, algunos de los cuadros de este periodo pueden admirarse en la pinacoteca de La Profesa, en la Ciudad de México.

    El donador de la pintura Santiago el Mayor, César H. González Mejía, refiere que compró la pintura en los años sesenta, la mandó restaurar y después de muchas indagaciones, supo que existía un apostolado en el Museo Regional de Querétaro. El interés de la donación responde a que la pintura se integre al resto del conjunto, coadyuvando con INAH en el rescate, conservación, protección y difusión del patrimonio cultural.

    Dicha donación se formalizó en una reunión en la que estuvieron Diego Prieto Hernández, director general del INAH; José Muñoz Bonilla, coordinador nacional de Centros INAH; Rosa Estela Reyes García, directora del Centro INAH Querétaro; Bernardo Sarvide Primo, director del Museo Regional de Querétaro; y el coleccionista César H. González Mejía.

    Sitio Fuente: INAH

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