¡Tíralo al excusado!
La falta de control y tratamiento de la materia fecal es uno de los mayores rezagos de México.
Al caminar por las calles, siempre hay que fijarse bien por dónde pisar, pues las heces de animales en el suelo pueden sorprender a cualquier transeúnte. El riesgo aumenta con el número no determinado de personas que defecan en parques, lotes baldíos y plazas públicas del país. Pero el fecalismo no es solo un problema de contaminación exterior, científicos de la Universidad Autónoma de México aseguran que existen en los espacios más íntimos de los hogares mexicanos.
“La costumbre de depositar el papel higiénico con residuos fecales, en un bote dentro del baño, guardarlo en bolsas y entregarlo a los señores que recogen la basura, es fecalismo. Esta practica se promovió en la época en que había fosas sépticas eb México, sin embargo, en las últimas décadas, a partir de la construcción del sistema de drenaje, la forma de desecharlo cambio”, asegura la investigadora Irma Rosas, del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM.
Los fabricantes han desarrollado un papel “higiénico” suave, apto para desintegrarse dentro del inodoro. La población mexicana no lo sabe y piensa que este material afecta el sistema del drenaje. En realidad, el verdadero daño es mantenerlo en botes, porque aí estamos expuestos a los gérmenes presentes en el excremento.
Según el doctor Sergio Palacios, investigador del Instituto de Geología de la UNAM, a través de la acumulación y manipulación de papeles con heces, se diseminan microorganismos patógenos que habitan en el aparato digestivo de los humanos, como los causantes de la salmonelosis y otros que provocan parasitos graves como la cisticercosis.
“La cadena de infección crece cada vez que las moscas rondan por los papeles sucios. Ellas través del vuelo, llevan los gérmenes a los alimentos”, detalla el experto en manejo de residuos.
Otro hábito que se considera contaminación fecal es la acumulación de pañales con excremento en cestos de basura, y peor aún, tirarlos en la vía pública.
La sugerencia para combatir el fecalismo en casa, es depositar el “papel higiénico” usado en el inodoro y hacer lo mismo con la materia fecal de los pañales, que se debe retirar antes de almacenarlos en los recipientes de basura. Los excrementos de las mascotas también se pueden colocar en el excusado. Así evitamos un foto de infección que daña a toda la familia.
Los cuerpos de agua para riego y consumo humano y de animales. Lo importante es que cada quien puede empezar a erradicar el fecalismo desde el hogar, mediante el manejo correcto del papel higiénico usado y los pañales.
Por la nariz.
Entre las llamadas enterobacterias, existen algunas cepas de la familia Escherichia coli que se desarrollan en materia fecal y que son potencialmente patógenas al ser ingeridas en el agua. Científicos del Laboratorio de Microbiología Ambiental de la Facultad de Medicina y del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM descubrieron que esos microorganismos también contienen endotoxinas, unas moléculas que se adhieren a las partículas suspendidas en el aire y al ser inhaladas generan inflación de diversas partes del tracto respiratorio. Incluso se piensa que complican los cuadros de asma conjuntivitis en niños.
Los diferentes equipos del Laboratorio de Microbiología pueden calcular cuántas bacterias hay por metro cúbico de aire, aislarlas y analizar su ADN; con estos datos los investigadores encabezados por la doctora Irma Rosas elaboran modelos de exposición potencial.
Sus estudios concluyen que en los espacios cerrados existen altos niveles de contaminación fecal, sobre todo en aquellos donde hay alfombras y mascotas. De ahí la importancia de limpiarse los pues antes de entrar a casa o dejar los zapatos fuera de las recámaras. Quien pisa materia feca, lleva consigo microorganismos a través de las suelas del calzado que se alojan en las alfombras y se dispersan en el aire cuando hay una caminata constante. Además, cuando los niños gatean sobre esos objetos, tocan los gérmenes y los llevan a su boca.
Por: Dra. Irma Dra. Irma RRosas, Centro de Ciencias de la Atmósfera y Dr. Sergio Palacios, Instituto de Geología UNAM.
Texto: Claudia Juárez, Diseño: Adolfo González.
Sitio Fuente: UNAMirada a la ciencia.
