Arte y diseño digitales: humanismos tecnologizados para la creación

HUMANIDADES DIGITALES.

Introducción.-

Desde finales del siglo XX y en los inicios del siglo XXI observamos que la formación profesional y producción de obras de arte y de diseño son atravesados por el vertiginoso desarrollo tecnológico y los cambios epistemológicos de la interdisciplina y transdisciplina.

“El uso de las crecientes tecnologías digitales y de las redes de comunicación interactiva acompaña y amplifica una profunda mutación de la relación con el saber […] Aquí no se trata de utilizar a todo precio las tecnologías sino de acompañar consciente y deliberadamente un cambio de civilización que vuelve a cuestionar profundamente las formas institucionales, las mentalidades y la cultura de los sistemas educativos tradicionales y, sobre todo, los roles del profesor y del alumno”. (Levy; 2007: 144-145).

Frente a estas irrupciones, el arte y el diseño empiezan a reconfigurar sus funciones profesionales y sociales: 1) la producción de su pensamiento, 2) la producción de la obra, 3) la lectura de su contexto socio-cultural y, 4) el vínculo con el mercado laboral en el que tendrán que desarrollar sus competencias. De tal suerte se habla de una nueva línea de pensamiento en estos saberes disciplinarios. Los desarrollos de procesos tecnológicos cada vez más sofisticados, el desarrollo de nuevas condiciones materiales informáticas y el despliegue crítico y dinámico de nuevos espectadores en el siglo XXI, permite que los Artistas y diseñadores digitales repensar en la producción de sus objetos, innovando los procesos de prefiguración y creación de la obra que irrumpe con la lógica tradicional de su producción y abre, al mismo tiempo, nuevas formas de reflexionar sus propios saberes.

El avance tecnológico y las novedosas formas de emplear los artefactos o soportes digitales en el arte y diseño conducen a estas disciplinas y a sus creadores a generar formas emergentes de composición en los lenguajes del diseño que inciden productivamente en el re-pensamiento del su proceso creador. Estas disciplinas siempre han establecido una relación estrecha con la tecnología, en el contexto del siglo XXI supone la producción de objetos y obras de arte y diseño con cualidades efímeras, abiertas, colectivas porque la vertiginosidad con la que se mueve el contexto y la producción tecnológica modifica, en todo momento, la producción de sus objetos, ahora estos creadores están sometidos a una lectura veloz de su contexto y lo que es más, requiere de atributos que lo hagan un creador complejo de su tiempo capaz de aprender a diseñar en la vertiginosidad de su época. Pérez Cortés (2003) dice que un artista-diseñador es un creador complejo de la época en que vive:

    “Alguien capaz de moverse en los parámetros profesionales de su tiempo. Hombre creador, artista y artesano a la vez, ingeniero, técnico y armador. Capaz de conceptualizar sus circunstancias históricas. Un verdadero dédalo de la época contemporánea: ingenioso, inventor, conocedor de la técnica, de los materiales y capaz de sacar provecho de las dificultades con que cuenta. Inventor y transeúnte de laberintos, conocedor de caminos que le permitirán salir de los espacios complejos disimulados en que nos encontramos”. (Pérez; 2003: 64).

Frente a estos cambios estructurales, los nuevos creadores tendrían que atender a las velocidades con que se producen y circulan los flujos de información en la red, los rápidos procesos del avance tecnológico, la producción creativa dentro del espacio de la información global o la ruptura de fronteras disciplinares para trabajar en los umbrales de una revolución material y la expansión de sus competencias.

Claudia Mosqueda Gómez.

Sitio Fuente: Revista UNAM